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Crítica:JAZZ | Muestra Injuve
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Placeres adultos

Arrancó la muestra de jazz ibicenca, penúltima de las citas jazzísticas del estío español, cumpliendo una deuda histórica contraída por el certamen. Por fin, dando la medianoche del pasado jueves, el escenario del baluarte de Santa Lucía se abrió al más ilustre de los jazzistas residentes en la isla. Joachim Kühn tocó en su lugar de adopción; ya costó que lo hiciera. Y no era sólo él, también quienes le acompañaron: dos músicos de la tierra con quienes el alemán ha formado este Ibiza Jazz Trío, que es el enésimo de sus proyectos.

Quede claro que no todo el mundo está capacitado para aguantar las embestidas del miura nacido en Leipzig y residente en la mayor de las Pitiusas desde hace más de una década. Kühn es músico desmesurado, vehemente, un genio, en el buen sentido de la palabra. Tiene vocación de francotirador: los unos llevándose la fama y las medallas, o las placas de reconocimiento, y él, empeñado en transitar por las aguas de un jazz que alguien definió como el sonido de la sorpresa. Un jazz que no hace espectáculo de lo que no puede serlo a riesgo de perder su esencia. Nadie busque el bonito efecto "sampleado" ni el alarde seudo-romántico o el riff incitando a la complicidad fácil; nada que pueda darse por supuesto, nada de medias tintas. A galope tendido y sin paradas intermedias.

Joachim Kühn Ibiza Jazz Trío

Joachim Kühn, piano, saxo alto; "Chema" Pellico, contrabajo; "Gori" Ruiz, batería. Baluard de Santa Llúcia, Ibiza. 28 de julio.

Kühn retuerce la materia musical y la lleva hasta sus límites. Sus improvisaciones son un viaje a lo desconocido y allá cada cual si no es capaz de subirse al tren, aunque sea en marcha. La música de Joachim Kühn es difícil y es lo que tiene de difícil lo que le proporciona su atractivo singular. Saca al aficionado del estado de abotargamiento a que se halla sometido y le proporciona un placer adulto y sin reparos.

Ibiza y los clásicos

En su recital, interpretó tanto sus propias piezas inspiradas en las bellezas ibicencas -Salinas, mar y sal-, como las de sus dos compositores preferidos, Ornette Coleman, convertido en un clásico por su obra y gracia, y J. S. Bach. Bien es cierto que a éste no le toca literalmente porque no le hace falta. Bach es a Kühn como la gallina al huevo y no se entendería al uno sin el otro, lo que se comprende en alguien que nació a una manzana de donde el antedicho habitó en tiempos y donde interpretó su música inmortal para sus parroquianos.

José María Chema Pellico y Francisco Gori Ruiz, acompañantes y discípulos del alemán desde su primer día en la isla, respondieron al menor de sus deseos con disciplina e insólita sincronía, teniendo en cuenta la naturaleza de la música. Con esto, que los dos que eran guiados y el uno que los guió terminaron por ser profetas en su tierra. Motivos hubo para celebrarlo.

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