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El Gobierno reúne apoyos para modificar el trazado previsto del trasvase Júcar-Vinalopó

Sara Velert

Las dudas en torno al futuro del trasvase Júcar-Vinalopó se despejan. El Ministerio de Medio Ambiente anunció ayer que en septiembre tomará la decisión definitiva sobre el cambio de trazado del proyecto para situar la toma de agua cerca de la desembocadura del Júcar. El ministerio apuesta claramente por esta opción, apoyada ayer por los socialistas valencianos, como explicó su líder, Joan Ignasi Pla, si se garantiza que habrá más agua para el Vinalopó, el Gobierno asume toda la inversión y acaba la obra con la menor demora posible. Las principales organizaciones agrarias secundaron este planteamiento, rechazado tajantemente por los usuarios del Vinalopó y el PP.

La comisión de seguimiento del trasvase, en la que están representados el Ministerio de Medio Ambiente, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), la Generalitat, los regantes del Júcar y del Vinalopó, la empresa pública Aguas del Júcar, Xúquer Viu y la Fundación Nueva Cultura del Agua, analizó ayer el estudio sobre el cambio de toma del agua desde el embalse de Cortes, río arriba, al Azud de la Marquesa, cerca del final del cauce en Cullera. El estudio "es un punto de análisis importante", dijo el director general de Agua del ministerio, Jaime Palop, antes de entrar en la reunión, en la que no hubo consenso en torno a la conveniencia de modificar el trazado actual. Palop afirmó que el ministerio no quiere precipitarse en la decisión porque está en juego "la estabilidad social" y no quiere "generar tensiones". No obstante, el director general resaltó que el déficit hídrico del Vinalopó necesita "una solución estable", y no que "haya agua un año y tres no". La toma desde el Azud de la Marquesa "tiene ventajas sustanciales" sobre el proyecto vigente porque daría más agua y de forma continua, añadió Palop tras la reunión, de la que destacó el apoyo "unánime" de los usuarios del Júcar a la alternativa. Además, el director general adelantó la probable paralización de las obras en los tramos centrales del trasvase "por coherencia" con la intención de recoger propuestas en torno a la alternativa durante agosto. Las obras se mantendrían en los tramos finales, aprovechables en el nuevo trazado, cuyo sobrecoste, unos 100 millones de euros, asumirá el ministerio.Palop reconoció "la angustia de los usuarios del Vinalopó" ante un cambio de proyecto, al tiempo que destacó que hacer un trasvase "por narices es prácticamente inviable", ya que necesita sobre todo del consenso de la cuenca cedente del Júcar. Sin ese apoyo, "el trasvase pierde viabilidad social y política", añadió Palop, quien consideró que no tiene sentido "agarrarse a tuberías" frente a opciones como una nueva toma que aporta más agua. El director general del Agua también valoró la postura y exigencias de garantía de Pla para el nuevo trazado.

El trasvase está ejecutado en un 41%, con una inversión de 91 millones de euros sobre los 230 previstos. El cambio de proyecto implicaría un aumento del presupuesto de unos 100 millones e indemnizaciones a las constructoras, pero aprovecharía los últimos tramos del actual trazado, ya que el nuevo trasvase enlazaría con la obra en la Font de la Figuera tras partir de Cullera y discurrir en paralelo al río Cànyoles. La tubería, ahora de 67 kilómetros, se alargaría en otros 25, según explicó el portavoz de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Antonio Estevan, quien expuso la alternativa en la reunión. Estevan destacó que la nueva toma permitirá derivar una media de 70 hectómetros cúbicos anuales, frente a los 20 que los estudios dan para la salida desde Cortes. Tanto Estevan como Paco Sanz, portavoz de Xúquer Viu -cuyo apoyo también destacó Palop-, afirmaron que serían preferibles otras opciones sin trasvase, pero también que la alternativa reduce considerablemente el impacto ambiental y permite recuperar el Júcar. Sanz destacó que la solución, fruto a su juicio de la presión social, es un "mal menor". José Pascual Fortea, presidente de los regantes de Sueca, reiteró que el cambio de toma "es la mejor solución" y la de mayor consenso para dar agua al Vinalopó. Los sindicatos agrarios también dieron su voto de confianza a la alternativa.

La apuesta socialista por el cambio de trazado provocó la protesta airada de los usuarios del Vinalopó. Andrés Martínez, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L'Alacantí y la Marina Baixa, que reúne a 21 poblaciones, 47 entidades de riego y 19 empresas, se mostró "indignado" y aseguró que "significa enterrar el trasvase". Para Martínez, "ni Pla, ni la ministra Narbona pueden garantizar" que con el cambio se hará la obra. "Pararla es una irresponsabilidad", dijo Martínez, quien denunció que el agua desde el azud no tiene calidad y no es potable. El PP también se opuso tajantemente a un nuevo trazado. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, anunció que el Consell aprobará hoy una comunicación instando a las Cortes a que convoque un pleno extraordinario en agosto donde se defenderá el actual trazado. El portavoz parlamentario popular Serafín Castellano agregó que la política de trasvases es "fundamental" para el PP. La patronal alicantina Coepa también defendió el proyecto vigente.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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