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Sevilla rechaza la apelación al pasado y a la historia

Jesús Sérvulo González

El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, rechazó ayer que exista un "ataque de nervios" en el PSOE en relación con la inclusión por parte de Convergència i Unió y Esquerra Republicana de los derechos históricos en el nuevo Estatuto para amparar el traspaso de competencias. El ministro afirmó que "el debate del Estatuto de Cataluña no debe situarse en la historia, debe situarse en el aquí y en el ahora". A su juicio, resulta "pintoresco irse a 1700 para buscar fundamentos a la reivindicación de la competencia de aeropuertos". "Comprendo y comparto la posición de los socialistas catalanes", insistió el ministro, que ayer intervino en el curso Parlamento y modelo de Estado. 20 años de España en Europa, organizado por la Universidad Complutense en San Lorenzo del Escorial.

El consejero catalán de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV), consideró también "innecesario" recurrir a los derechos históricos para reivindicar competencias. Saura apuntó la necesidad de seguir trabajando en el ámbito de "los últimos 18 meses y no incorporar elementos de distorsión como ha ocurrido en los últimos cinco días". El consejero, que estuvo también en San Lorenzo del Escorial, se mostró confiado en alcanzar un acuerdo sobre el Estatuto en las próximas horas. Tras la votación de mañana, el debate parlamentario se interrumpirá hasta septiembre. "Sería absolutamente irresponsable e incomprensible que en Cataluña no nos pusiéramos de acuerdo sobre un texto estatutario y un texto de financiación", agregó.

Saura pide consenso

El consejero catalán reclamó a los partidos que emprendan reuniones para lograr que mañana, cuando el Estatuto se someta a votación en comisión, el articulado se apruebe "si no por unanimidad, sí por un gran consenso". Con todo, el voto definitivo y global sobre el Estatuto se producirá en septiembre en un pleno del Parlamento catalán. En opinión de Saura, si el texto estatutario no sale adelante "sería un fracaso del Gobierno catalán" pero también del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

El consejero catalán reveló que algunos políticos vascos están pendientes e interesados en ver cómo resulta la vía catalana sobre la reforma del texto del Estatuto y que si ésta no da resultados, "reinventar un plan Ibarretxe alternativo". Saura remachó que "un Estatuto catalán fructífero puede contribuir a la solución del problema vasco".

Por su parte, el ministro Sevilla recordó que a partir de septiembre retomará las conversaciones con el Gobierno vasco para ampliar las transferencias, pero apuntó que "dos no se ponen de acuerdo si uno no quiere, y ese uno puede ser el Gobierno vasco". Emplazó a Ibarretxe a que decida "si juega al todo o nada".

Sevilla señaló que desde que dirige Administraciones Públicas ha transferido 40 competencias a ocho comunidades e insistió en la voluntad de continuar el proceso, pero desde "un amplio consenso y el respeto a la Constitución".

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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