El vuelco de un camión con ácido bloquea cuatro horas la A-67
El accidente provocó 20 kilómetros de retención en la autovía Santander-Torrelavega
El accidente de un camión cargado de ácido clorhídrico provocó el corte de la autovía A-67 entre Torrelavega y Santander, del kilómetro 7 al 11, y produjo retenciones de 10 kilómetros en cada sentido en el itinerario alternativo, la N-611. El vuelco de la cisterna derramó en la calzada 24 toneladas de ácido clorhídrico. La formación de una nube tóxica llevó a las Fuerzas de Seguridad a pedir a los vecinos que no salieran de sus casas y sellaran puertas y ventanas.
El siniestro se produjo a las 7.30 en la autovía en sentido Santander, cuando el camión de la empresa Diego y Sánchez, que trabaja para la compañía química Solvay, chocó con la mediana. La cisterna se separó de la cabina y volcó, derramando 24.920 kilogramos de ácido clorhídrico. Una de las hipótesis, según la Dirección General de Tráfico, es que el reventón de una de las ruedas provocara que el conductor, que salió ileso, perdiera el control del vehículo.
Tras el accidente, se creó una nube tóxica de color negro. El ácido clorhídrico es un gas, no inflamable pero corrosivo, cuya aspiración puede provocar desde irritaciones leves a dolencias respiratorias graves. El Gobierno de Cantabria activó el nivel 2 de alerta del plan sobre transportes de mercancías peligrosas y se cortó la autovía en ambos sentidos.
Muy cerca hay un centenar de viviendas unifamiliares que pertenecen a la localidad de Boo de Piélagos. Su alcalde, Jesús Ángel Pacheco, explicó que se avisó a los vecinos, con altavoces y por teléfono, de que no salieran de sus casas y sellaran puertas y ventanas con toallas. También se alertó a los vecinos de Bezana y Camargo.
Uno de los lugares más afectados fue la Hospedería de Boo. Su dueño, Nano Moreno, indicó que la nube negra era tan densa que "no se veía ni siquiera el aparcamiento" [del hotel]. La hospedería fue desalojada a las 8.30 y sólo permanecieron en su interior los trabajadores hasta aproximadamente las once de la mañana.
"El viento flojo" favoreció que la nube se diluyera "en menos de dos horas", aseguró el director de Protección Civil de Cantabria, Martín Vega. Fueron muchos los curiosos y clientes que se acercaron al hotel desde el que se divisaba el accidente. "Algunos comentaron que les picaban los ojos", dijo Moreno. Aun así, el alcalde aseguró que no tenía conocimiento de que ningún vecino hubiera necesitado atención médica. "Ha sido más la alarma que los efectos", añadió.
Una vía muy concurrida
De las casi 500 llamadas que recibió el teléfono de emergencias 112, dos fueron para avisar del accidente y el resto debido a los kilométricos atascos que se formaron en la carretera alternativa a la autovía cortada, la N-611.
La A-67 es una autopista muy concurrida en verano porque da acceso a varios municipios costeros. Según Protección Civil, se produjeron unos 10 kilómetros de retenciones en cada sentido. Dos trabajadores afectados, Enrique Munárriz y Arantxa Bello, que habitualmente necesitan 30 minutos de Torrelavega a Santander, cogieron diferentes autobuses y ambos tardaron dos horas. "La gente estaba muy cabreada porque la compañía de autobuses no nos avisó del accidente", se quejaron. Hacia las 14.40 quedó restablecido el tráfico en las dos direcciones, una vez recogido el vertido y retirado el vehículo.
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