La nueva Azkoyen habla italiano
El grupo navarro supera la crisis y reorienta su actividad tradicional
En Azkoyen están exultantes. La anunciada compra de la italiana Coges no sólo le permitirá cubrir al grupo navarro todo el ciclo de diseño, producción y venta de mecanismos electrónicos para medios de pago, sino que ha sido recibida por empleados, accionistas y clientes como un símbolo de recuperación de una empresa sobre cuyo futuro se plantearon dudas en 2003.
En 1998, la revista Forbes incluyó a Azkoyen entre las 300 mejores pymes del mundo por su tecnología y dinamismo. Cinco años después, sin embargo, a resultas de la legislación antitabaco y de la competencia en el segmento de vending (máquinas para venta automática de bebidas, aperitivos...), la empresa entró en crisis. En 2003, las ventas caían un 14,5% y los beneficios se trasmutaron en pérdidas de 6,3 millones. La empresa parecía sumida en el desconcierto estratégico. Lo grave no era que las ventas de máquinas de tabaco cayesen, lo que estaba previsto y era lógico, sino que también bajasen las ventas de máquinas de vending y de medios de pago.
Sus ventas crecieron en 2004 un 16%, sus exportaciones pasaron de 42 a 51 millones y los medios de pago casi doblaron su facturación
"Decidimos darle la vuelta a la empresa", explica Miguel Iraburu, su presidente desde enero de 2004. "Fue un cambio tan hondo que no dudamos en afirmar que estábamos ante una nueva Azkoyen". ¿Exageración? "Nada de eso", dice Iraburu, que hace años presidió Alstom España.
"Casi lo único que quedó de la anterior organización fue la fábrica, en Peralta, Navarra". Iraburu promovió la formación de un nuevo consejo de administración y cambió a todo el equipo directivo (salvo dos miembros), elaboró una nueva estrategia, centrada sobre seis segmentos, y reorganizó el área comercial para buscar oportunidades fuera de España.
Ante el escaso porvenir de las máquinas de tabaco (sus ventas se han reducido en un 50% desde 2002), el plan apuesta por producir y vender máquinas de vending cada vez más sofisticadas. En España y en los 40 países del mundo donde Azkoyen está presente. Y en potenciar todas las posibilidades latentes del segmento de medios de pago, una actividad con posibilidades infinitas. "Estos mecanismos", apunta Iraburu, "se pueden aplicar no sólo a la venta de bebidas o aperitivos, sino a cualquier actividad en la que haya que reconocer un medio de pago o entrada, desde peajes de autopistas a aparcamientos, pasando por mecanismos para abrir puertas".
Azkoyen explota todas las posibilidades en el vending. Las telecomunicaciones, por ejemplo. "Hemos creado un sistema que permite a operadores de estas máquinas controlar la situación de cada 'terminal' (se les puede llamar ahora así), desde las existencias de productos a la disponibilidad de monedas". La empresa está diseñando también máquinas "enfocadas" al mundo de Internet.
Todo esto, sin embargo, quedaba cojo si Azkoyen no lograba hacerse con la tecnología de medios de pago cahsless (billetes, tarjetas), un know-how que la empresa navarra (especializada en monedas) no poseía, lo que, en plena era del dinero de plástico, le suponía un lastre. De ahí el interés por la compra de la Coges, especializada en este segmento, y con una planta en Schio, entre Papua y Verona.
"Es una operación muy interesante, y no sólo por su know-how. Nos convierte en líderes en el mercado italiano (de medios de pago y vending) y en la segunda empresa de europea". A lo que hay que añadir que la compra se hará en condiciones muy favorables. "Pagaremos el 40% de la empresa en cuatro años y lo haremos con el cash-flow de Coges", explica Iraburu.
La italiana aportará, además, unos ingresos de casi treinta millones anuales a una Azkoyen que protagonizó una espectacular recuperación en 2004: sus ventas crecieron de 108,7 a 125 millones (un 16%), sus exportaciones pasaron de 42 a 51 millones y los medios de pago casi doblaron su facturación hasta alcanzar 32,5 millones.
También la Bolsa parece haberse alegrado de los cambios. El título de Azkoyen, que en 2003 bajó a cuatro euros, menos de la cuarta parte de sus máximos de 1999, ha repuntado en 2004 y 2005.
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