Piratería en La Vila Joiosa

En el siglo XVII, en pleno apogeo de la piratería, era típico por parte de los buques ingleses el abordaje de los galeones españoles cargados de oro. Bajo la bandera de la calavera se cometían estos atracos con el beneplácito de la reina de Inglaterra, que nombraba sir a los corsarios para que escaparan de la horca, ya que no se podía colgar a un caballero. Notable fue el caso de sir Francis Drake, que recibió el nombramiento al desembarcar preso en puerto español, huyendo en el último segundo de una muerte segura.

No sólo era piratería abordar buques. Asaltar la costa, con desembarcos relámpago en los que se robaba cuanto se podía en tiempo récord, era práctica habitual de la época. Al igual que en la actualidad, a los filibusteros les resultan mucho más provechosos los tesoros de primera línea de playa que los del territorio del interior. En los siglos XVI y XVII, los ataques se precedían de cañonazos, para después desembarcar en la costa con botes de remos botados desde los galeones corsarios. En los tiempos que corren, los cañonazos los dan los técnicos urbanistas y el desembarco consta de ejércitos de constructores, que van de hormigón armados.

En la Cala, tres municipios han permitido estos ataques, pasando a ser el Caribe de las costas mediterráneas. Se permiten allí las atrocidades que no se autorizarían en el casco urbano. Es la Suramérica del XVI que no tiene derechos pero son colonias a esquilmar.

El caso más notable es el del Atrium Beach, con su Francis Drake que será salvado a última hora de la horca por la reina de Inglaterra o el gobernador. Será nombrado sir, porque la piratería es el primer paso para alcanzar la gloria.

En lugar de castigo se la dará título nobiliario, como a tantos otros. La consejería quedará como el imperio español, con un palmo de narices y con la horca sin huésped.

Para que después digan que la historia sirve para aprender de errores pasados. Por cierto, la bandera de la calavera es también el símbolo de la resurrección. ¿Deberían enarbolarla en el palo mayor -que tiene cierto exceso de edificabilidad- del Atrium Beach.