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Crónica:MUNDIAL DE NATACIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Castellers' de bronce

Mengual logra para España la segunda medalla en sincronizada

Diego Torres

Las chicas españolas que actúan, bailan, hacen acrobacias y nadan se labraron la medalla de bronce trabajando durante diez años cada detalle. Por ejemplo, aprendieron a construir castellers en seco. Luego, los hicieron bajo el agua. Después, afilaron nociones del dominio del cuerpo y el espacio en caída libre. Y el miércoles, en una piscina en el Archipiélago de Hochelaga, hicieron un ejercicio de perfección técnica. Fue la manera de imponerse al anfitrión, Canadá, a EE UU, o a China. Y ayer Gemma Mengual sumó la segunda medalla de bronce para España al ser tercera en la prueba individual de sincronizada.

Desde que el dúo de Gemma Mengual y Paola Tirados entró en la final de los Juegos de Sydney, la natación sincronizada española no ha dejado de consolidarse. Algunos miembros de la delegación en Montreal coinciden en que el modelo a seguir por toda la natación en España (natación propiamente dicha, aguas abiertas y saltos) es el del equipo que dirige Ana Tarrés en el CAR de San Cugat desde 1999. Sólo mediante una concentración rigurosa, con todo el apoyo científico, es posible conseguir los éxitos.

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"En 1999 nos concentramos en el CAR", dice Ana Tarrés; "y dispusimos de todo el apoyo de los servicios psicológicos, médicos y biomecánicos. Los biomecánicos nos dieron ideas para realizar el empuje en los saltos y aprovechar al máximo la fuerza de los apoyos. Nos sugirieron que hiciéramos castellers -las torres humanas que se construyen en Cataluña-. Y al principio no lo conseguíamos. Las chicas se caían. Así que nos fuimos al gimnasio, los hicimos en seco, y luego los repetimos en el agua". Los castellers son importantes porque constituyen puntos de apoyo. Tocar el suelo de la piscina está penalizado y no es sencillo lanzar hacia el cielo a una nadadora. Esto es lo que ocho de las chicas tienen que hacer con su novena compañera. Y tienen que lograr un vuelo alto para dar tiempo a las acrobacias.

Una de las claves del bronce fueron los seis saltos del equipo, más que los otros. Suponen un riesgo por los posibles errores, pero, como dice Ana Tarrés: "Si en los entrenamientos nos salen siete de diez, los llevamos a la competición".

Por otra parte la selección femenina de waterpolo perdió ayer ante Hungría (8-5) y jugará los octavos de final ante Italia.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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