Gesto hermoso de Rincón
Una hermosa lección de torería y raza en Rincón en el cuarto. Y un gran toro el de El Pilar, bravo y encastado. Tal para cual. Muy entregado en la primera vara, en la que derribó, fue toro de mucha apuesta. De cara o cruz. Y ambas cosas pasaron. Rincón se dobló de entrada y, una vez en los medios, la faena creció al mismo tiempo que el toro. Raza contra raza; casta contra casta. Y torería frente a bravura. Mas a los toros bravos nunca hay que perderles la cara. Y Rincón, al remate de una serie, se la perdió. No perdonó el de El Pilar que, fijo en la presa, se hizo con ella de manera dramática. Imponente voltereta y un mermado Rincón que volvió al toro para rematar obra tan hermosa. Otro gesto: mató a recibir. Muerto el toro, Rincón se dejó caer en los brazos de las asistencias camino de la enfermería.
El Pilar / Rincón, Juli, Cid
Toros de El Pilar, desiguales de presentación. Al 2º se le dio la vuelta en el arrastre. César Rincón: silencio y dos orejas. El Juli: pitos y dos orejas con protestas. El Cid: dos orejas y oreja con alguna protesta. Plaza de Valencia. 20 de julio. 5ª de feria. Tres cuartos de entrada. Rincón asistido de posible esguince en ambos tobillos.
La corrida se había levantado en el tercero. Buen toro y un buen Cid, en labor de series cortas. De más a menos. Toro y torero, en este caso, fueron premiados generosamente. La del sexto fue una faena muy trabajada. Con buenos momentos sobre la izquierda y compuesta a golpes.
Importante fue el quinto. Muy descarado de comportamiento. Otro desafío. Un cara a cara entre el toro y El Juli. De poder a poder ambos. Con la partida en tablas, El Juli cargó la faena sobre la izquierda, por donde sometió y mandó.
Los dos primeros toros corresponden a otra historia. Dos animaluchos impresentables. Muy protestados. Provocadores al escándalo. Ni a Rincón ni a El Juli les permitieron nada.
