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Crítica:'SOUL' | Diana Ross
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Se dirá que más vale tarde que nunca

Una melena azabache que ni el león de la Metro. Unos zapatos que no se ponen, es preciso subirse a ellos dado la altura de plataforma y tacones. Constantes cambios de vestuario para mostrar con vestidos ceñidos hasta el detalle una presencia y una figura que desafiaban ostentosamente el paso del tiempo. Un repertorio que repasó los momentos más brillantes de su carrera. Una banda solvente que funcionó con piloto automático. Un entorno precioso con una torre de piedra dominando la escena. Deuda saldada. Diana Ross ya ha debutado en España y se dirá que más vale tarde que nunca.

La gran diva compareció puntual, y antes de que todo el público ocupase su localidad ya se había despachado el repertorio de las Supremes. Volumen bajo para evitar que los instrumentos tapasen una voz por la que el tiempo ha dejado más huella que en la figura de su poseedora. Abundantes popurrís para no olvidar nada en el tintero y homogeneizar con un registro sin aristas buena parte del cancionero. Público entrado en años disfrutando de aquello que dio brío a sus años mozos. Sólo faltó que ese brío no se ausentase, como ocurrió, de una interpretación que funcionó más como postal que como instantánea. Diana Ross paseando su historia.

Diana Ross

Jardins de Cap Roig. Calella de Palafrugell, 19 de julio.

Estuvo brillante en las piezas más lentas, ésas que no exigían temperamento físico. I'm still waiting, It's my house, o ya en el tramo jazzístico un satinado Fine & mellow, fueron los mejores instantes de la velada. Los demás, cerca de hora y media, quedaron a efectos de inventario como terreno para que el público la llamase "guapa" y reconstruyese con ayuda de su memoria aquello que dejaba huecos en el escenario. Una incursión en el mundo de las discotecas como último regalo, versión de I will survive, y mostrando profundo escote en uve por la espalda enfiló camerinos sonriendo con profesionalidad y agitando la melena con coquetería. Se dirá que más vale tarde que nunca. Fue Diana Ross en su breve paso por España.

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