Sesión de espera

Los mercados de valores europeos acusaron el esfuerzo de la jornada del martes y ayer apenas consiguieron una cierta oposición a los numerosos vendedores atraídos por los altos precios. Para muchos analistas, el hecho de alcanzarse los 10.000 puntos indica que se han cumplido los objetivos más ambiciosos para este ejercicio, pero ese razonamiento ya se ha utilizado con anterioridad al llegar el Ibex 35 a otras cotas en los meses anteriores.

El Ibex 35 quedó ayer en 10.007,00 puntos después de ceder el 0,38%, mientras que las medianas empresas bajaron el 0,27% y las pequeñas ganaron el 0,38%.

El ambiente de la sesión era, sobre todo, de expectación por ver si el mercado se mostraba sólido ante lo que, previsiblemente, se le iba a venir encima. En esta ocasión los inversores alternaban su papel de actores principales con el de presuntos espectadores, como si todos ellos quisieran ver la actuación de los demás totalmente al margen de la propia.

La contratación en el mercado continuo ofreció un buen elemento de análisis al quedar en 3.593,75 millones de euros, casi 500 millones más que el día anterior, aunque fue gracias a la mayor actividad institucional, que superó los 1.200 millones de euros. Las operaciones "abiertas", las que fijan los precios, apenas descendieron 300 millones de euros respecto de la jornada de máximos del martes, lo que parece un dato muy positivo.

Entre el resto de los mercados europeos, el único que mantuvo la orientación alcista fue el de Francfort, con un nuevo máximo anual al ganar el 0,29%. El fuerte crecimiento del índice de expectativas económicas del mes de julio, publicado el martes y que pasó de 19,5 a 37,0 puntos, todavía parece ejercer alguna presión sobre los inversores alemanes que ven el futuro más despejado, mientras que la Bolsa de París cedía el 0,13%. Londres recuperaba el 0,26% después de tres días de descensos que han apartado a ese mercado del festival de máximos anuales registrado en la eurozona.