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Entrevista:SETH G. JONES | POLITÓLOGO | EL TERRORISMO ISLAMISTA APUNTA A EUROPA

"Contra el terrorismo, la guerraes de ideas"

En última instancia, la guerra contra el terrorismo es una guerra de ideas que sólo se ganará como se ganó la guerra fría, a pesar de las diferencias que existen: se ganó porque hubo líderes y ciudadanos que adoptaron una serie de ideas diferentes, porque la gente dijo: ya hemos tenido bastante". Seth G. Jones es politólogo de la RAND Corporation -uno de los centros de pensamiento más veterano de Estados Unidos- y especialista en Oriente Próximo, terrorismo y reconstrucción política de países.

Pregunta. Cada vez que hay un gran atentado es cuando se discute sobre las causas del terrorismo, sin consenso, habitualmente.

Respuesta. No hay consenso sobre estas causas, ni entre los expertos ni entre los políticos, porque son múltiples. Durante un tiempo fue popular la explicación de que se debía a la pobreza o a la ausencia de educación, que llevaría a ciertos individuos a recurrir a la violencia, pero ya hemos visto que muchos de los terroristas tienen un buen nivel de educación, y en algunos casos proceden de medios privilegiados. Hay factores claves, internos y externos, que contribuyen a que haya terrorismo. Y hay actividades de política exterior -aunque un Gobierno como el de Estados Unidos no lo admita- que pueden acentuar la probabilidad de atentados; el caso de Irak es el más claro. Hay países que no son terroristas, pero que dejan que los terroristas se entrenen, porque quieren o porque son muy débiles para impedirlo, como ocurrió en Afganistán y como ocurre en el norte de África. Y obviamente está el factor religioso, combinado con la educación; yo acabo de estar en Pakistán y hay madrasas que, sin duda, están formando a gente para que se una a la yihad.

"Hay países que dejan que los terroristas se entrenen porque quieren o porque son muy débiles para impedirlo, como ocurrió en Afganistán y como ocurre en el norte de África"
"Se ha tardado bastante en comprender que los grupos terroristas no evolucionaron hacia una organización jerárquica, sino que formaron redes"
"Cuando el terrorismo se usa por razones políticas, y no de seguridad, es peligroso. Después de todo, el terrorismo es una táctica. Y lo de Bin Laden y Bush, pues es una locura"
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P. ¿Igual que hay causas diferentes, hay terrorismos diferentes?

R. Sí, hay distintos terrorismos. Hay algunos más motivados políticamente, como el terrorismo checheno; hubo terrorismos mar-xista-leninistas y ultraderechistas, como el Ku Klux Klan o alguno de raíz cristiana y neonazi en Estados Unidos. Si hablamos de Londres, de Madrid, del 11-S, se trata de un terrorismo religioso, una forma extrema de terrorismo islamista.

P. ¿Se le puede poner fecha al comienzo de este terrorismo religioso?

R. Yo creo que 1979; la invasión soviética de Afganistán. Aquello proporcionó una base de entrenamiento para mucha gente, y de recursos, incluida la ayuda de EE UU a los muyahidin para resistir la invasión. Pero lo más importante es que les demostró que una gran potencia como la URSS era vulnerable, que podía ser derrotada.

P. ¿Qué es lo que más se ha tardado en entender de este tipo de terrorismo?

R. Se ha tardado bastante en comprender que los grupos terroristas no evolucionaron hacia una organización jerárquica, sino que formaron redes. La ausencia de una estructura piramidal hace imposible cortar la cabeza. Las células están conectadas y operan de manera diferente; se puede anular un nudo, pero no la organización. Tardamos demasiado tiempo en entenderlo, y no estoy seguro de que lo entendamos bien aún.

P. ¿Ha cambiado mucho el papel de Osama Bin Laden y la organización de estos grupos en los últimos tres años?

R. Entre 2000 y 2001 y ahora hay una diferencia total. Está claro que el terrorismo fundamentalista islámico ya no tiene que ver con Bin Laden; él no controla la gran mayoría de esas redes, que le utilizan como inspiración. Hacer de él algo más grande de lo que es supone no entender cómo se organizan esos grupos.

P. Aparte de las dificultades para lidiar con una red, ¿qué tipo de batalla es ésta?

R. Si estamos de acuerdo en que este tipo de terrorismo se basa más bien en religión y en ideas, en ideas sobre cómo debería ser el mundo, en última instancia es una batalla ideológica, que hay que librar con ideas. Hay un ejemplo que puede ayudar: la guerra fría entre EE UU y la URSS se combatió militarmente en varias zonas del mundo, con guerras civiles o conflictos alimentados por aquel enfrentamiento. Pero hubo también una guerra de ideas que finalmente en 1989 se abrió pasó en Europa del Este y causó un efecto dominó democratizador en Polonia, en Alemania... En un momento dado, los dirigentes de esos países pudieron abrazar la democracia en lugar de las dictaduras. Pero hicieron falta más de 40 años, desde 1945 hasta 1989. Esto significa que, sobre el tema del que hablamos, hay que trabajar con líderes políticos y religiosos, con los imanes de las madrasas, para ver qué ideas se difunden, qué se permite en las escuelas, qué permiten los Gobiernos en las mezquitas...

P. Hay que trabajar mucho, ¿no?

R. Estamos lejos de poder abrigar grandes esperanzas a corto plazo. Hay países como Arabia Saudí, como Pakistán... en los que, a pesar de los esfuerzos de EE UU y de países europeos, como España, que tienen vínculos más fuertes, vemos que hay madrasas que están aportando

a los grupos, especialmente cerca de la frontera con Afganistán, donde están los santuarios de los talibanes y de Al Qaeda. El Gobierno paquistaní en parte no quiere y en parte no puede desmantelar estas escuelas ni frenar a sus líderes religiosos.

P. ¿Los líderes de la red relacionada con Al Qaeda son religiosos o son suficientemente inteligentes como para utilizar la religión?

R. Las dos cosas. En la yihad hay gente religiosa que cree que está combatiendo una guerra santa global en nombre del islam. Al tiempo, la religión les es muy útil como herramienta para el reclutamiento. Hemos visto lo que hacen en los territorios palestinos los líderes de Hamás, que usan la religión para convencer a la gente de volar por los aires, para que entren con explosivos en un autobús israelí. ¿Cómo, si no es con la religión, podría alguien convencer a un chico de 16 años de algo así? Prometiéndole recompensas religiosas a él y económicas a su familia.

P. Hay posiciones que utilizan el terrorismo para justificar políticas -ir a la guerra en Irak- y posiciones que equiparan, por ejemplo, a Bush y Bin Laden.

R. Yo creo que todo eso es peligroso, porque tiende a nublar el razonamiento. En Irak está bastante claro que la relación entre Sadam Husein y el terrorismo era muy tenue. Hubo casos de pagos a familias de terroristas suicidas, hubo algunas reuniones con grupos terroristas, incluido Al Qaeda, pero Irak tenía un papel mínimo comparado con Siria o con Irán. Se utilizó por razones políticas, para justificar una decisión, y eso es siempre peligroso; cuando el terrorismo se usa por razones políticas, y no de seguridad, es peligroso. Después de todo, el terrorismo es una táctica. Y lo de Bin Laden y Bush, pues es una locura. Yo creo que no ayuda nada.

P. A largo plazo, ¿cómo gana y cómo pierde el terrorismo?

R. Una victoria sería que se produjera en las democracias un deterioro significativo de las libertades; no es que éste sea necesariamente el objetivo de los terroristas, pero sería una victoria para ellos y un enorme fracaso para nosotros; si EE UU y Europa salieran de Oriente Próximo -de Irak, de Afganistán o de donde sea-, también eso sería una victoria, y así se vería por parte de los terroristas: si hay atentados en España, el Reino Unido y EE UU y dicen "basta", y se van, eso sería sin duda una victoria, y también lo sería que, a corto y medio plazo, haya Estados que les sigan apoyando. ¿Qué sería una derrota? Primero, lo obvio: una clara disminución en el número de atentados. Pero lo más importante, la victoria final, sería que toda esa gente de las mezquitas y de las madrasas se convenciera de que el islam no es lo que los terroristas han hecho que sea, una guerra santa global, y que el uso de la fuerza para matar a gente inocente, para los asesinatos, para el terrorismo suicida, va en contra del islam. El día en el que haya menos apoyo para esas ideas en las madrasas o en las mezquitas en las que hay esos discursos inflamatorios antioccidentales, eso será la victoria definitiva.

Seth G. Jones.
Seth G. Jones.

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