Marín: "El presidente del Congreso no puede ser una marioneta del Gobierno ni un muñeco de la oposición"
El presidente del Congreso "no puede ser una marioneta en manos del Gobierno ni del grupo que lo apoya, y no puede ser un muñeco de feria al que la oposición se pase el día tirándole pelotazos a la cara". Estas "dos fronteras" son esenciales para el buen funcionamiento del Parlamento, según el presidente de la Cámara baja, Manuel Marín.
En un encuentro con informadores de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, a modo de balance desde el inicio de la legislatura, Marín aseguró que lograr "el perfil" que marcan esas fronteras "costó mucho trabajo", pero las dificultades las da por superadas y "últimamente" se siente "muy contento".
Respecto a algunos de los problemas que ha debido afrontar en los últimos meses, como el uso de lenguas distintas al castellano y cooficiales en algunas autonomías, Marín aseguró que no se arrepiente de su decisión final de no permitirlas. Primero toleró breves intervenciones en catalán, euskera o gallego, con traducción inmediata, por parte del diputado que las utilizase, y acabó por suprimir esa posibilidad. El presidente del Congreso explicó que llegó a esta determinación después de conocer con toda claridad que se trataba de "una batalla ideológica para derrotar al Congreso". No hizo mención de ningún grupo, pero del contexto de su explicación se dedujo una referencia a ERC.
Marín mostró su entusiasmo por la renovación tecnológica que está llevando a cabo en el Congreso y que tendrá su expresión más visible en septiembre, cuando los diputados cuenten con un ordenador personal en los escaños del hemiciclo.
La instalación ha comenzado, pero el presidente del Congreso insiste en que se trata de una renovación total de los equipos informáticos, para agilizar el trabajo parlamentario, muy anquilosado, desde su punto de vista, y lastrado por usos que deben superarse. Además, Marín insiste en que la renovación tecnológica debe servir no sólo para mejorar las condiciones de trabajo de los diputados, sino para dotarlos de "mayor libertad individual", frente al control riguroso que ahora ejerce la dirección de cada grupo parlamentario.
En tono de denuncia, Marín lamentó que se no se haya admitido todavía la firma electrónica, como en otras instituciones.
El presidente del Congreso se refirió también a la necesidad de asegurar un mejor control en el acceso de personas al Parlamento para evitar incidentes como el que sufrió hace un par de semanas el diputado del PP Federico Trillo, acosado, al salir de una comisión, por familiares de víctimas del Yak-42. Marín aseguró que muchos de los incidentes que se producen en las tribunas de invitados no son espontáneos y que son muy pocos los grupos que están "libres de culpa".
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