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Reportaje:

NH se va a la playa

La cadena da un vuelco a su estrategia urbana para crecer en los 'resorts'

NH, prácticamente la única cadena hotelera española que se había mantenido fiel a su vocación urbana, ha acabado por sucumbir también al embrujo de la hotelería de vacaciones. Con sólo ocho de sus 242 hoteles en el segmento turístico (y situados en Sotogrande o heredados de la compra de la mexicana Krystal) ha decidido dar por fin un vuelco de timón a su estrategia tradicional y apuntarse al boom de los resorts turísticos, sobre todo en la prometedora región del Caribe.

Los ingresos de la cadena han aumentado en los últimos cuatro años, pero el beneficio atribuible bajó de 90,7 a 42,1 millones

La empresa niega que la decisión se deba únicamente al mal momento por el que atraviesa la hotelería urbana, al contrario de lo que señalan algunos analistas. "Al margen de que los hoteles urbanos no estén en su mejor momento", reconoce Ignacio Aranguren, director general de Estrategia y Participadas de NH, "nuestro interés por la hotelería vacacional tiene causas más profundas".

¿Cuáles? Los cambios en el uso de los hoteles, en la cultura de los viajes o en los canales de distribución están obligando las cadenas a olvidarse de la separación vacacional-urbana. En una presentación, NH -toda una multinacional hotelera con 35.000 habitaciones en 18 países- explica que las diferencias entre ambos segmentos se están desdibujando y que las empresas clientes utilizan cada vez más los hoteles vacacionales para sus actividades empresariales.

También los programas de fidelización están complicando la vida a las cadenas sin hoteles de playa. "Es muy difícil", explica Aranguren, "convencer a un cliente de negocios, que ha acumulado muchos puntos, para que los disfrute en un hotel de Madrid o Francfort si lo que quiere es irse a una playa".

Si a esto añadimos el buen momento turístico internacional y el boom que registran las distintas zonas del Caribe, desde Santo Domingo a la Riviera Maya, es fácil entender por qué la gran prioridad de NH en sus próximos años, en el área vacacional, van a ser los resorts turísticos en aquella región. "Se trata", apunta Aranguren, "de una región muy interesante. La bajada del dólar la ha convertido en un destino muy barato para los europeos. Y la mejoría económica en países como México está generando un turismo regional muy importante". Otra ventaja del dólar bajo es que, además, facilita enormemente las inversiones en la zona, "ahora mucho más baratas", reconoce Aranguren.

De momento, la nueva estrategia ya está en la línea de despegue. La cadena estudia ya varios proyectos en el Caribe y, por lo que respecta a Sotogrande -que será utilizada como plataforma de crecimiento- ya hay dos operaciones en marcha, una, la de Santa Bárbara, en Castellón, y otra en Sicilia. La posible compra de Occidental Hoteles por NH, por la que pujan otras cadenas como Marriott, es vista con cierto recelo por los mercados debido a su elevado precio, pero "supondría", apunta Aranguren, "un fuerte refuerzo de nuestra estrategia vacacional".

Dicho esto, en NH no ocultan que el vuelco estratégico se debe también, en buena parte, a las dificultades de los hoteles urbanos en España y en Europa, que están en el origen de los resultados experimentados por la empresa en estos últimos años. Pese a que los ingresos de la cadena han aumentado -a resultas de varias adquisiciones- de 536 a 950 millones de euros entre 2000 y 2004, el beneficio atribuible bajó en el mismo periodo de 90,7 a 42,1 millones. "Estos años, no hemos tenido más que malas noticias en el segmento urbano: el 11 de marzo, la crisis económica y de consumo en Alemania, la sobreoferta en España...", razona Aranguren.

España y Alemania (que representan el 61% de los ingresos de NH) han sido los causantes de los problemas de la cadena presidida por Gabriele Burgio estos años. En España, porque la oferta de nuevos hoteles ha superado todas las previsiones y ha llegado a provocar bajones de precios del 16% desde el año 2001 en Barcelona. Y en Alemania porque el mal estado de la economía local ha impedido sacar rentabilidad de las operaciones.

Entre los analistas, la nueva estrategia ha sido muy bien recibida. "Se trata de un esquema muy lógico y coherente", comentan en Renta 4, "que está siendo seguido por todas las cadenas y le ha dado muy buenos resultados, por ejemplo, a Sol Meliá". En Urquijo Bolsa opinan que, dado el mal estado del segmento urbano, "esto era lo más adecuado".

¿Supone este vuelco de timón una renuncia a su viejo sueño de convertirse en una de las grandes cadenas de hoteles urbanos de Europa? Aranguren lo niega: "Seguiremos en la hotelería urbana. Se trata de adecuarnos a las nuevas circunstancias y, al mismo tiempo, adquirir una estructura más diversificada y resistente a los ciclos".

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