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Reportaje:

FCC pisa el acelerador

Al año de su renovación accionarial busca activamente adquirir empresas para crecer, diversificarse e internacionalizarse

FCC se ha puesto las pilas tras la salida de los socios franceses de su capital y tras el anuncio que hizo, hace menos de tres meses, de un giro radical en su estrategia. El grupo quiere protagonizar una gran operación corporativa después del verano, y en las últimas semanas busca oportunidades de expansión en Europa del Este, también busca un comprador para su participación en Xfera, ha inaugurado una nueva cementera en EE UU y no descarta a Bolsa su filial Realia.

Pugna estos días por hacerse con la reforma y con la gestión de la M-30 madrileña y con los servicios de tierra de varios aeropuertos

FCC se ha presentado esta semana, junto a Iberpistas, al concurso del que saldrá el socio privado de la empresa municipal Madrid Calle 30, la entidad que pagará las obras y gestionará la vía a partir de 2007 y durante 35 años a cambio de un canon. La reforma de la M-30 tiene un presupuesto previsto de 4.000 millones de euros.

Hace 15 días, los negocios hacen extraños compañeros de cama, se adjudicó en compañía de Acciona, presente en su capital y con la que aún tiene cuentas por dirimir en los tribunales, el tranvía de la localidad madrileña de Parla. Un contrato de construcción, mantenimiento y explotación por valor de 93,5 millones de euros. Y hace un mes el Gobierno portugués le adjudicó un contrato para la gestión de residuos industriales peligrosos, el primero que concede, que le va a suponer unos ingresos de 200 millones de euros.

Recuperar el tiempo perdido

También se ha hecho con la construcción y explotación, a través del sistema de peaje en sombra, de la autovía madrileña M-407 por 70,3 millones y prepara su desembarco en los servicios de handling (asistencia en tierra a aviones y pasajeros) que va a adjudicar AENA en 28 de sus aeropuertos.

Son sólo algunos botones de muestra del paso acelerado con el que camina hoy FCC. Recuperar el tiempo perdido. Esa parece ser la consigna en un grupo, que ha estado maniatado en su expansión durante un lustro por su ex accionista francés Veolia y que este mismo mes cumple un año de su profunda reestructuración accionarial. En julio de 2004, su primera accionista, Esther Koplowitz, acordó aumentar del 51% al 82% su participación en la sociedad holding B-1998, con lo que pasaba a controlar indirectamente el 43% de FCC. Los otros socios de la instrumental, que junto a la hija del fundador controlan más del 52% del capital y constituyen el nuevo núcleo duro de la sociedad son la familia Peugeot, Inversiones Ibersuizas, Bodegas Faustino y Cartera Deva.

Cambio accionarial y giro estratégico con el objetivo confesado de multiplicar por dos las ventas y el resultado bruto de explotación (ebitda) en tres años. FCC va a complementar para ello su crecimiento orgánico con la adquisición de compañías que operen en alguno de los sectores de su actividad. Dispone de 3.000 millones de euros para realizar las inversiones, según afirma, y goza de unos nuevos estatutos, refrendados por la junta general de accionistas del 21 de junio, que amplían su objeto social a nuevos negocios.

Según Rafael Montes, su nuevo consejero delegado, FCC está enfrascada de lleno hoy en un proceso de localización de oportunidades de inversión para detectar aquellas operaciones de compra interesantes que puedan presentarse en los próximos meses.

"Nuestro balance pide más endeudamiento y eso es lo que vamos a hacer, combinar nuestro crecimiento orgánico con el crecimiento mediante operaciones de inversión", declaró en la víspera de la junta de accionistas. No obstante, matizó a renglón seguido, el proceso se está abordando con cautela y sin apartar al grupo de sus actividades básicas: construcción, servicios, cementos e inmobiliario. "Preferimos acertar a adelantarnos", señaló Montes.

La toma de control del Grupo Logístico Santos por 128 millones de euros en febrero, según Montes, fue el primer paso en la política de compra de empresas que afronta FCC. El consejero delegado ha informado a los analistas que su grupo se endeudará para acometer estas inversiones ya que ahora tiene un nivel de deuda bajo y "casi insano".

La deuda neta del grupo, a 31 de marzo, se situó en 344,5 millones de euros con una ratio de apalancamiento del 12% (casi seis puntos menos que en igual fecha de 2003). El objetivo del grupo es no sobrepasar una ratio de apalancamiento del 50% y mantener la ratio de deuda sobre ebitda por debajo de 2,5 veces.

FCC va a explorar sobre todo compras en el área de servicios (que ahora aporta entre el 35% y el 40% de sus ventas). Aunque también estará atenta, según sus directivos, a oportunidades que puedan surgir en los otros dos pilares de su actividad: construcción y cemento.

Por áreas geográficas, su objetivo de compras abarca toda Europa, incluidos los países del Este donde otros competidores, como Ferrovial y Acciona en Polonia con las constructoras Budimex y Mostotal o el grupo OHL que se hizo con el control de la compañía checa ZPSV Uhersky Ostroh, ya han tomado posiciones, además de mantener su presencia en Latinoamérica.

Nueva etapa

La nueva estrategia de FCC ha sido bien acogida por los analistas y por los inversores. A su juicio tiene un enfoque agresivo y da carpetazo a un largo periodo de parálisis inversora que explica el que esta compañía, que fue durante décadas la más diversificada y una de las de mayor facturación y beneficios entre las grandes constructoras españolas, haya perdido posiciones en los últimos años y se haya revalorizado menos que sus competidoras. No obstante, en el primer semestre las acciones de FCC se han revalorizado un 31,5% frente a una revalorización del Ibex 35 del 7,7%.

La incógnita, según los analistas, está en saber si el equipo gestor de FCC es capaz de cumplir a tiempo los objetivos pregonados, doblar las ventas y el ebitda en tres años, sin que las compras de otras compañías supongan dilución de valor para el accionista de la compañía. Y, en segundo lugar, saber qué va a pasar con Acciona, titular indeseado de un 15% del capital de FCC, que acaba de embolsarse otros 13,36 millones de euros en dividendos, que suma a unas plusvalías registradas por su participación de 460 millones de euros.

Montes descartó hace unas semanas una fusión con su rival. "No se está planteando en FCC ningún tipo de acción especial" con respecto a la constructora de la familia Entrecanales, recalcó. Y Acciona tampoco "nos ha propuesto ninguna operación de fusión", con la que el mercado ha especulado en varias ocasiones.

Rafael Montes (izquierda) y Marcelino Oreja.
Rafael Montes (izquierda) y Marcelino Oreja.CLAUDIO ÁLVAREZ

Portland Valderrivas, punta de lanza del grupo

Cementos Portland Valderrivas, que está controlada en un 58,7% por FCC y es una de las llamadas joyas de su corona, ha inaugurado recientemente una cementera en Carolina del Sur, EE UU, en la que ha invertido 110 millones de euros. La empresa, a la que se incorporó en abril como vicepresidenta Esther Koplowitz, ha invertido 540 millones de euros en EE UU en los últimos seis años.

Portland Valderrivas, obligada por las nuevas normativas medioambientales, está incursa una profunda reforma de sus seis fábricas cementeras (dos de ellas propiedad de su filial Giant Cement en EE UU). En sus cuatro cementeras españolas, situadas en Navarra, Palencia, Sevilla y Madrid, está desarrollando un plan de inversiones 2000-2007 para modernización de las instalaciones cifrado en 340 millones. Ha aplicado ya casi dos tercios de estas inversiones.

La cementera se ha hecho también en los últimos meses con 19 plantas de producción de hormigón situadas en España y que eran propiedad de la británica Hanson, uno de los principales productores mundiales de material de construcción. Con la compra, que le ha supuesto un desembolso de 20 millones, Portland gana poder de producción en hormigón, producto complementario e imprescindible para la elaboración de cemento. Con la incorporación de estas plantas, Portland Valderrivas eleva a 122 su parque de hormigoneras e incrementa la producción un 33%.

Portland Valderrivas, empresa centenaria con sede en Pamplona, es la matriz del mayor grupo cementero de capital nacional en España. Está presente en todo el ciclo a través de plantas de hormigón, canteras, instalaciones de mortero seco y centros productivos para áridos y tratamiento de residuos industriales. En 2004, facturó 881,5 millones de euros y obtuvo un beneficio atribuible de 116,1 millones.

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