Leyenda viviente

Aunque tenga excelentes discos lanzados fuera del área de influencia de Jagger y Richards, lo cierto es que siempre se espera de Marianne Faithfull que aborde algunas de las canciones que la mítica pareja compuso para ella. As tears go by es el ejemplo, que la cantante cantó en la sierra madrileña cuando su concierto entraba en la recta final. Es difícil abstraerse de su historia cuando sigue cantando, con esa emoción intensa y su voz oscura casi varonil, canciones tan tremendas como Sister morphine, Crazy love, Guilt, Kissin time, Times Square o Mystery of love. En su puesta en escena hay ahora mucha sobriedad, y sus excelentes cuatro músicos saben llevarla de los sonidos más oscuros a los ambientes de humo de los cabarés del Berlín de entreguerras, a los que recuerda cuando interpreta a Brecht y Weill.

Del blues pesado y riguroso con el que inicio su recital, hasta la distorsión final de la canción última, pasando por los arreones intermedios, Faithfull no deja de seducir al público. En su sana locura, hay una leyenda viviente a la que compensa ver en directo.