Disciplina de partido
Todos sabemos, o casi, que los representantes de los partidos elegidos democráticamente se deben a una disciplina de partido. De esta forma, cada partido conoce cuáles son las opciones que tiene para llevar adelante cualquier asunto que quiere que se apruebe. Esta disciplina afecta tanto a las votaciones como a las declaraciones.
Pero, por encima de los partidos están las personas; y cuando hay cosas que son de sentido común es necesario que las personas respondan a los impulsos que su sensibilidad les dicta.
Todo esto viene en defensa de las 7 diputadas y las 2 consejeras del PP que, saltándose la disciplina de su partido han firmado el manifiesto presentado por el PSOE en las Cortes en el que se reprobaba la actitud de maltrato verbal que Manuel Ortuño hacia la diputada nacional Enriqueta Séller.
¿De verdad se puede considerar una traición reconocer que una actitud es machista y que resulta ofensiva contra una persona? Por favor, apliquemos el sentido común, que falta nos hace.
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