Cambio de ley

El entrenador del Madrid, Vanderlei Luxemburgo, ha regresado de sus vacaciones en Israel y Brasil declarando que su propósito es hacer que Beckham, Ronaldo, Zidane y Roberto Carlos dejen de ser "individualidades".

El técnico, al parecer, quiere dirigir una falange tebana. Pretende transformar un equipo que hasta hace un año fue una suma de estrellas. Ayer, en declaraciones a Real Madrid Televisión, elogió el carácter marcial de jugadores como Pablo García o Diogo, recientemente fichados por el presidente, Florentino Pérez. Hilando sobre la conveniencia de tener en sus filas gente de tanto "carácter", el técnico remató con la idea que pretende imponer: "Yo lo que quiero es una plantilla en la que todos piensen en lo mismo. No me gustan las individualidades. Quiero una plantilla fuerte para ganar todas las competiciones. Todos deben sacrificarse por el equipo".

Si el proyecto de Florentino Pérez cimentó su poder económico y deportivo en torno a la contratación de estrellas como Owen, Zidane, Beckham, Figo o Ronaldo, las declaraciones de ayer tuvieron el sello de la subversión. Hasta el año pasado, con la plantilla diseñada como estaba, el Madrid fue un equipo que se potenció en la dinámica del caos. Así desencajó a sus rivales y así conquistó la Copa de Europa, en 2002. Pero dos temporadas sin ganar títulos, y la extinción de los ingresos extraordinarios por la venta de la Ciudad Deportiva, han obrado el cambio. Ahora la directiva traza una política distinta. De otra manera, las palabras de Luxemburgo no tendrían sentido. Tampoco el fichaje de Diogo y Pablo García.

"A Carlos Diogo", comentó Luxemburgo; "le vi cuando jugaba con el River Plate. Es muy joven, tiene mucha fuerza, y seguramente será un jugador muy importante, será muy bueno. A Pablo García le vi con Osasuna. Es un jugador valiente, tiene una personalidad muy fuerte, con mucho carácter".

Según el técnico, este tipo de futbolistas le ayudarán a confeccionar un Madrid a su medida. Porque, dice, "tenemos que hacer mejor las cosas que el año pasado". El brasileño no pierde las oportunidades que se le presentan para recordar que asumió en el cargo cuando la temporada 2004-2005 ya estaba perdida: en enero y después de Camacho y García Remón.

En la línea de trabajo cuartelario que se ha impuesto, Luxemburgo avisó ayer a sus jugadores que les espera una semana de dobles sesiones antes de partir a Estados Unidos y Extremo Oriente, de gira promocional. "Bueno, empezaremos ya a entrenar en Las Rozas", dijo. "El plan [para hoy] será un día de trabajo con sesiones simples y al día siguiente serán sesiones dobles. En seis días tendremos que irnos para disputar el primer partido de pretemporada. Por eso hay que hacer sesiones de trabajo, pero con inteligencia. Nuestros jugadores tienen que estar bien preparados para tener las mayores posibilidades de triunfar esta temporada".