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Reportaje:

Muñecos sin barreras

Alicante acoge un congreso mundial que reúne a expertos en innovación y diseño para su aplicación en juguetes

La integración de las personas discapacitadas empieza por los más pequeños. La industria del juguete, elemento clave en el desarrollo personal del niño, ha saldado la deuda que tenía pendiente con los más pequeños afectados por alguna discapacidad y ya cuenta con una gama de juguetes específicos para ellos. Brailin, el muñeco fabricado por Famosa basado en la idea de la ONCE y la colaboración del Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU), es una de las tantas apuestas del sector.

Presentado ayer en el Congreso Mundial de la International Toy Research Association que reúne hasta mañana en Alicante a 70 expertos en innovación y diseño del juguete, este muñeco enseña el aprendizaje del braille, el lenguaje escrito de las personas ciegas.

Según el jefe de educación de la ONCE, Javier López del Río, el muñeco Brailin es un ejemplo del juguete que permite la integración de niños sin y con discapacidad visual. "El muñeco trabaja la autonomía de los niños invidentes, e incluso, les enseña a atarse las zapatillas. A los niños sin problemas de visión, les enseña este sistema de comunicación", explica.

El componente educativo es inherente en todos los juguetes. Sin embargo, AIJU, asociación orientada a la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica aplicada al juguete, plantea a sus casi medio millar de asociados la elaboración de un juguete diferencial destinado a: niños discapacitados, pequeños ingresados en hospitales y, sorpresivamente, a ancianos afectados por algún tipo de demencia. Para el director general de AIJU, Santiago Gisbert, esta estrategia permite a esta industria encarar los dos frentes que le amenazan: la "indiscriminada" producción china y las nuevas tecnologías, con las videoconsolas como punta de lanza.

El juguete nacional, especialmente el alicantino, fue la primera víctima de China, la gran factoría del mundo. En la década de los ochenta, el sector sufrió una grave recesión y la reestructuración se engulló a un considerable número de fábricas. En la actualidad, el juguete amarillo representa entre el 40% y el 45% de la importación nacional, según el presidente de AIJU.

Apenas superado este desafío, las nuevas tecnologías se erigieron como el segundo gran enemigo de la producción juguetera. Fortalecidos estos dos frentes, la patronal del juguete ha apostado por la innovación y la especialización, dos pilares que sostienen a un sector que, sólo en la Comunidad Valenciana, emplea a entre 4.000 y 5.000 operarios, sin contar con las empresas auxiliares. El peso de la producción juguetera valenciana alcanza el 70% del total nacional.

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Pero "el peligro" de la planta juguetera es la "similitud" de los productos ofertados, dice Gisbert. Una amenaza especialmente grave en el caso de las pequeñas firmas, principal característica del tejido empresarial juguetero de la provincia de Alicante. "Las empresas deben funcionar con estrategias de diferenciación", remarca. Además, propone abrir nuevos canales de distribución del producto, como quioscos.

Desde ayer y hasta el viernes, alrededor de 150 representantes de firmas jugueteras asisten en Alicante al IV Congreso Mundial de Investigación de la Industria del Juguete, que por vez primera se celebra en España. Un total de 70 expertos en innovación y diseño para su aplicación en el sector de más de 20 países de todo el mundo abordarán cuestiones como el juego intergeneracional, el diseño de juguetes adaptados a niños con discapacidad, los juguetes y su representación social en la educación infantil y las tendencias en el consumo del juguete. El objetivo es acorazar a una industria con una innegable labor pedagógica.

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