Guerra de gremios

El éxito logrado por World of Warcraft (de Blizzard) desde su lanzamiento a principios de año puede acabar en baño de sangre con Guild wars (de ArenaNet). Ambos títulos comparten muchas cosas. Los dos son para juego en red exclusivamente, pero mientras que para matar orcos en el mundo de Warcraft hay que pagar 13 euros mensuales, combatir fieras en las guerras de gremios no cuesta nada.

Las semejanzas alcanzan al propio equipo de desarrollo de ArenaNet, casi todos antiguos empleados de Blizzard, progenitores de títulos de la altura de Diablo y que incluso llegaron a participar en los primeros pasos de World of Warcraft.

Figuras clave como Mike O'Brien, programador del sistema de juego en red de Battle.net, o Jeff Strain, ex director de programación, fundaron AreaNet con la creencia de que el juego en red debía ir por otros derroteros distintos al asentado sistema del pago de cuotas mensuales.

Guild wars ofrece, totalmente traducido al castellano, aventuras en el continente Tyria, donde los reinos de Kryta y Ascalon mantienen crudas guerras en las que no queda rastro de lo que en su día fue una alianza para luchar contra la invasión charr. Todo tipo de deleznables criaturas, espíritus y clanes de humanos luchan día tras día por un objetivo que ya han olvidado. Ahora los mortales tienen la oportunidad de cambiar la historia de Tyria comprando este disco.

Como es habitual, hay que crear un personaje, elegir su profesión, dotarle de atributos y empezar a adquirir y mejorar sus habilidades -en total disponen de 150, pero sólo hay ocho disponibles durante las peleas, con lo que hay que ser un buen estratega y escoger la combinación con la que se obtendrá mejor resultado.

Jugando se adquiere experiencia y se aumenta nivel, pero se valora más la pericia y la agilidad con las armas, dado que prácticamente todos los jugadores alcanzan el nivel máximo de 20 a las pocas horas de empezar. Ésta es una diferencia respecto a World of Warcraft, considerado el típico juego de rol masivo en red. Guild wars se define como juego masivo online, pero no de rol.

Sin servidor principal

La forma en que el título gestiona las partidas en red permite entender la ausencia de cuotas. Al conectar, aparece en una ciudad alojada en un servidor de Internet poblada de guerreros de todo el mundo y personajes no jugadores que se encargan de repartir las misiones. Pero en cuanto se decide tomar el camino para completar uno de los encargos, junto a un grupo de amigos virtuales, son los propios ordenadores de los jugadores los que hospedan la aventura, liberando así al servidor principal.

Esto supone un ahorro brutal comparado con los costes de mantenimiento de los cientos de servidores que alojan juegos como Evequest 2 o Ultima online. Sin embargo, también supone que durante las misiones no aparezcan otros guerreros que no sean los que la iniciaron. Un sistema nuevo con sus ventajas e inconvenientes, pero que le ha colocado en el número uno de ventas.

El mimo en la realización está siendo muy bien valorado entre la comunidad. No es únicamente el detalle en el diseño de los personajes o en la apariencia natural de los paisajes, con sus efectos de sonido y una adecuada banda sonora, sino que la interfaz que gobierna toda la acción también contribuye a bordar un trabajo de dos años muy bien realizado.

Todas las ventanas se pueden cambiar de tamaño y posición, ocultarlas o añadir elementos, permitiendo personalizar el entorno de juego o dibujar sobre el mapa para que el resto de los compañeros sepan hacia dónde se dirige el grupo. Filigranas que rezuman un conocimiento profundo de los desarrolladores sobre las necesidades del jugador.