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Reportaje:

Patios de guitarra

Amancio Prada y Egberto Gismonti imparten dos de los cursos formativos del Festival de Córdoba

Manuel Planelles

Una chica rubia rasguea su guitarra. Sentada en el suelo, absorta, apoya la espalda contra una columna. De sus manos nace una melodía algo aflamencada. Los acordes que interpreta se mezclan con más notas que se escapan de las ventanas, de las escaleras, de los patios y de las salas del Palacio de Congresos de Córdoba.

Naranjos, arcos de medio punto y fundas de guitarra se mezclan en este antiguo Hospital Mayor de San Sebastián, levantado a comienzos del siglo XVI. Es la sede de los cursos formativos del Festival de la Guitarra de Córdoba.

Amancio Prada, cantautor leonés, dice que cada guitarra "tiene su sonido, su olor, su tacto... No hay dos iguales". Prada se ha traído hasta Córdoba una del luthier madrileño Arcángel Fernández. "Una guitarra clásica con una sonrisa flamenca" será la que utilice para el concierto que ofrece esta noche en el Palacio de la Merced.

Pero antes de esa actuación, concretamente desde el martes, Prada dirige el Taller de Canciones para Guitarra.

Es la primera vez que el Festival de la Guitarra de Córdoba, que nació volcado en lo flamenco, ofrece un curso formativo relacionado con la canción de autor. Y también es la primera vez que Prada se convierte en algo parecido a un profesor.

Explica, siempre pausado, que cuando le ofrecieron impartir uno de los ocho cursos de esta 25ª edición del festival lo rechazó. "Yo no me siento profesor de nada".

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Pero insistieron y acabó aceptando, aunque poniendo sus condiciones. Participaría si se trataba de un taller, es decir, si el curso era algo totalmente alejado de una clase magistral.

Letra e interpretación

Once alumnos están inscritos en el taller de Prada. ¿Qué están haciendo durante estos días? Prada les ha propuesto a cada uno de ellos que presente una canción. "Lo que hacemos es abordar muchos aspectos: la letra, el papel de la guitarra, la melodía, la interpretación... Nada teórico, todo surge a raíz de la canción". Lo que quiere es compartir su experiencia y aprender.

Un joven alto, con el pelo recogido en una coleta y barba negra, comienza a acariciar las cuerdas de su guitarra con los dedos. Empieza a cantar con voz queda. Prada le da un par de consejos, casi inapreciables si no se está sentado a su vera como sus alumnos. El joven de pelo largo se arranca de nuevo, pero con un torrente de voz que inunda la sala, los pasillos, el patio...

En total, unos 260 alumnos de medio mundo, que pasean por la ciudad a diario sus guitarras, se han inscrito en los cursos. Los imparten maestros de la talla de Manolo Sanlúcar, Pepe Romero, Leo Brouwer, Jim Hall...

El músico brasileño Egberto Gismonti, que en sus más de 30 años de trabajo ha pasado por casi todos los estilos, es el encargado del curso de composición para guitarra. Tiene 60 discos publicados y, al contrario que Amancio Prada, ya está bregado en la enseñanza.

Casi a la carrera -hay que abordarle durante los 15 minutos que tiene de descanso para tomar un café- Gismonti explica lo heterogéneo del grupo de 14 alumnos que se han apuntado a su taller. "Tengo a uno de 21 años que acaba de comenzar en la música y no tiene experiencia y a otro de 40 que ya es un músico y que incluso ha escrito libros de composición".

Gismonti ha optado por separar a los alumnos en dos grupos para hacer más operativas las clases: "Uno de profesionales y otro de amantes de la música". Lo heterogéneo se nota incluso en la lenguas de los asistentes -español, francés, inglés...- y, cómo no, en los gustos musicales. "Ayer hablamos con algún alumno de Mozart, de Vivaldi y con otro de grupos de rock que ni siquiera conozco...", dice.

"Yo estoy aquí para hablar de mi experiencia de 60 discos y 33 años en los que he tocado con músicos de todos los estilos". Y ¿cuál es la conclusión que Gismonti intenta transmitir a sus alumnos del festival? "No hay una música buena o mala. Hay una música que yo necesito para vivir y otra que no, momentáneamente".

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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