Una mujer preside por primera vez la organización patronal en Francia
Parisot sustituye a Seillière, que dirigirá a los empresarios europeos
Laurence Parisot fue elegida ayer presidenta de la patronal francesa Medef (Movimiento de las Empresas de Francia). Parisot, de 46 años, representa una gran novedad para las 750.000 empresas afiliadas a la organización, pues se trata de la primera mujer que lidera un universo tradicionalmente masculino como el empresarial. Parisot sustituye en el cargo a Ernest-Antoine Seillière, que ahora dirigirá la patronal europea UNICE.
La llegada de Laurence Parisot a Medef, la CEOE francesa, representa también una novedad por ser la primera persona al cargo de la organización que no proviene de la gran industria, la metalúrgica, que hasta ahora había dominado la patronal. Parisot dirige en la actualidad el instituto de sondeos IFOP y la empresa familiar de puertas correderas Optimum.
Es el acceso al poder del sector terciario y no es extraño que haya gozado del respaldo de los empresarios François Pinault (comercio), Michel Pébereau (banca) y Claude Bébéar (seguros), tres grandes líderes en sus respectivas especialidades. Por último, Parisot es una liberal, adjetivo que goza de poco prestigio en la Francia estatalista.
La victoria de Parisot empezó a dibujarse a finales de mayo, cuando un voto en el ejecutivo de Medef hizo evidente que Guillaume Sarkozy, empresario textil hermano del omnipresente ministro del Interior, no tenía ninguna posibilidad de ganar: los empresarios no quieren que la política y la empresa estén bajo el control de la misma familia. Y Parisot se descubre entonces también como la preferida de sus colegas.
En su discurso de aceptación del cargo, Parisot ha pedido "una cura de adelgazamiento del Estado" y ha puesto la empresa "como motor del ascensor social". Su liberalismo ("la libertad de pensamiento acaba allí donde comienza el código laboral") no le impide afirmar la necesidad de reconciliar Medef con las organizaciones no gubernamentales, vistas como "el mundo del mañana", la necesidad de reconocer que "la educación es la prioridad" y su deseo de "tender puentes" entre los patronos y "los magistrados, los médicos o los artistas, personas históricamente alejadas de nosotros".
En su día, desde diciembre de 1997, el barón Seillière ya intentó modernizar Medef y movilizó a los patrones a favor de una "despolitización" de sus iniciativas. Seillière quiso negociar con los poderes públicos, pero no confundirse con ellos o suplantarles. Parisot supone la continuación de esa actitud, pero poniendo énfasis también en "la necesidad de cuestionar la representatividad sindical, que ha de salir de la presunción de representatividad".
Con ello Parisot arremete contra unos sindicatos con un bajísimo nivel de afiliación, pero un altísimo poder de representación. El actual Gobierno y su plan de cohesión social también han recibido sus dardos: "No creo que a través de contratos subvencionados podamos reducir el paro de manera definitiva. Hoy la tasa de paro es el deshonor de Francia. Una política económica favorable a las empresas supone dar armas al pleno empleo".
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