Sesión estival

La Bolsa española vivió ayer su primera sesión del periodo de vacaciones, más por la festividad en Estados Unidos que por una cuestión de fechas, y sin que faltara un solo ingrediente de los que son habituales en estos menesteres. El ritmo de la jornada fue cansino, la actividad baja y el conjunto resultó monótono.

El Ibex 35 se vio apeado del nivel máximo del año y sin dar en ningún momento síntomas de mejoría, con lo que al cierre perdía el 0,14%, para quedar en 9.815,00 puntos. El índice general de la Bolsa de Madrid mostró un mejor comportamiento por parte de los valores medianos y pequeños y sólo perdió el 0,04%, con lo que terminaba en 1.060,32.

La contratación en el mercado continuo fue la que cabía esperar cuando las órdenes del exterior quedan reducidas por alguna festividad. El total negociado ayer fue de 2.863,63 millones de euros, casi la mitad que el pasado viernes, y con 1.511,91 millones en operaciones "abiertas", casi 800 menos que aquel mismo día. Para algunos observadores, esas cifras resultan demasiado bajas para mantener al mercado en zona de máximos anuales, pues muestran que apenas entra dinero de refresco y cualquier proceso realizador podría adquirir un tono imprevisible.

Las pocas noticias económicas que se conocieron ayer fueron buenas, pero su capacidad de influencia sobre el mercado resultó mínima. El paro bajó en España el 1,6% en junio y los precios a la producción de la eurozona bajaron el 0,2% en mayo. El conjunto de los mercados europeos pasó por alto esos datos y las oscilaciones resultaron muy bajas. París cedió el 0,12%, mientras que Francfort subía el 0,14%. La Bolsa de Londres terminó la sesión con una subida del 0,45%.

El ambiente entre los inversores de cara a la reanudación de la actividad apenas ofrecía pistas válidas, pues la única referencia del petróleo, la del mercado de Londres, mostraba una estabilidad casi absoluta y sólo el euro, con una importante caída, aportaba novedades.