_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Teatro

Según el diccionario de Manuel Seco, teatro "es el arte de representar una acción en un escenario" y abarca a su vez muchas otras artes; necesita la colaboración de muchos artistas que enfocan su trabajo desde diferentes puntos de vista, desde el literario hasta el de interpretación, pasando por la dirección de escena, la escenografía, diseño del vestuario, luces, sonido, maquillaje, peluquería y también técnica. Todo eso es necesario para representar una obra en un escenario, y si todo está bien hecho y bien combinado se consigue una obra de arte completa, una obra de teatro redonda. Es tan difícil como en cualquier otra disciplina. Aunque la calidad y el éxito de todas las obras de arte, exceptuando las que se hayan consagrado a lo largo del tiempo, se miden según criterios subjetivos y el resultado es lento y frágil, en el teatro, sin embargo, es inmediato porque ese criterio está presente en cada representación y responde cada día con entusiasmo o frialdad. Se sabe enseguida si se vende o no se vende. Otra cosa será su inmortalidad, la opinión del futuro que queda lejos.

Dos días hemos tenido a La Celestina en un Teatro de la Maestranza abarrotado de público. Sabemos que la obra literaria original será siempre magnífica y el tema tiene mucha garra. Aunque yo estaba lejos y perdía palabras, la adaptación me pareció muy buena; la dirección de escena y la escenografía es espectacular, pero daba la sensación de que los actores estaban pendientes de su colocación, de su lugar, su postura y el movimiento de su vestimenta en el escenario, lo que mermaba la credibilidad y alejaba la obra de teatro teñida con un velo de espectáculo visual. Era tanto el trabajo de acostarse y levantarse, vestirse y desnudarse, subir, bajar, trepar, agacharse, asomarse, dar una vuelta en el aire, sujetar la falda en la cintura, ponerse y quitarse el manto, que la palabra y la actuación pasaban a un segundo plano. La gran Nuria Espert, capaz de actuar con desgarro y con fuerza, resultaba demasiado fina como Celestina.

Es la dificultad de combinar las obras de arte que forman parte del teatro; en lugar de actores hubieran hecho falta fieras para que no se las comiera el espectáculo. Pero gustó: fueron muchos los aplausos y yo me alegré de haber ido porque merecía la pena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_