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La música tradicional vive su gran cita europea en el Festival de Cantonigròs

La pasión por la música y el baile tradicional ha convertido a Cantonigròs y los pueblos vecinos de la comarca de Osona en el singular escenario de la más alegre, solidaria y multitudinaria cita europea consagrada a la música coral y las danzas folclóricas del mundo. Cerca de 2.000 cantantes y bailarines de 24 países acuden este año a la 23ª edición del Festival Internacional de Música de Cantonigròs dispuestos a compartir su pasión artística del 14 al 17 de julio. El certamen, creado en 1983, ha sido admitido este año en la prestigiosa Asociación Europea de Festivales, selecto club que reúne a los mejores festivales europeos.

Aunque es de carácter competitivo -este año reparte premios en metálico por valor de 6.750 euros-, lo importante de Cantonigròs es la participación. "Lo esencial es la convivencia y el maravilloso clima de solidaridad que se vive durante cuatro jornadas inolvidables. Es una fiesta para los participantes, para los voluntarios y para los habitantes de la comarca que los reciben y alojan en sus casas", afirma Josep Maria Busquets, presidente del comité ejecutivo que organiza el festival, que lleva más de dos décadas apostando por la diversidad cultural.

Nueva carpa

El festival, dirigido artísticamente por Jordi Colomer, estrena una nueva carpa de mayores dimensiones que permitirá ampliar el aforo hasta 2.500 espectadores, que podrán asistir con mayor comodidad a las numerosas actuaciones programadas. La nómina de países participantes incluye este año a grupos procedentes de India, Japón, China, Canadá, Estados Unidos, Israel, Colombia y Venezuela, a los que se suman formaciones europeas de Alemania, Austria, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y Rusia.

La participación de grupos españoles ha aumentado con respecto a ediciones anteriores -este año competirán grupos de Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Navarra y el País Vasco-. En la competición coral, y en el marco del apoyo a la difusión internacional de la música catalana, el festival ha incluido como obligatoria una pieza del compositor y pedagogo Cristòfor Taltabull.

Los responsables del encuentro, que esperan la asistencia de más de 23.000 espectadores, similar a la de anteriores ediciones, lamentan la ausencia en la cita de un coro de Moldavia, que no ha conseguido visado para viajar a España. "Estamos indignados porque se trata de un grupo, el Coro Gloria de Kishinive, que ya ha venido a Cantonigròs y ha visto con estupor cómo el cónsul de Rumanía en España les negaba este año el visado", afirma Busquets.

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