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Reportaje:

Air Madrid toma un nuevo rumbo

La calma llega a la aerolínea, que amplía flota y destinos con el cambio en la propiedad

José Luis Carrillo, dueño de un grupo turístico que incluye, entre otras cosas, Hoteles Globales, ha llegado a Air Madrid con todo un proyecto de expansión que incluye la apertura de nuevos destinos, la ampliación de la flota y la creación de un nuevo operador turístico que 'alimente' la ocupación de la línea aérea. Carrillo, que se ha hecho con la propiedad total y el mando en la compañía, abre la entrada de Air Madrid a una nueva etapa.

En su primer año comercial la compañía perdió seis millones de euros. En mayo de 2006 la previsión es tener 17 millones de beneficios

Air Madrid, que nació como la primera compañía de bajo coste de capital español, acaba de empezar una nueva etapa de la mano de su nuevo propietario y presidente José Luis Carrillo. Hombre de mediana edad, parco en palabras y poco amigo de aparecer en prensa, Carrillo ha ampliado con la línea aérea su grupo turístico, que acoge agencias de viajes, el operador Optursa y la cadena Hoteles Gobales, con 37 establecimientos en propiedad, casi todos ellos vacacionales. Un grupo al que, según manifiesta, le faltaba "la pata del transporte aéreo", por lo que intentó hacerse con una participación no superior al 30% de la compañía. No pudo ser. Los constantes enfrentamientos entre los socios le llevaron a comerse primero el 80% de Air Madrid -a través de una de sus empresas, Optursa Management- y tan sólo una semana después a comprar, a título personal, el 20% restante. "Yo no quería tener el cien por cien de la empresa", dice, "pero una vez que la adquirí necesito tener el cien por cien del mando".

Así que el último episodio entre los directivos de la compañía ha sido la salida del director general, Tomás Cano. Era la única persona que quedaba del anterior equipo, marcado por una constante disputa accionarial en los apenas 12 meses de vida de la compañía.

Air Madrid empezó a volar en mayo de 2004 con un capital social desembolsado de seis millones de euros y una labor de encaje de bolillos para encajar un grupo de accionistas numeroso y, como se vio después, distanciado en sus ideas y proyectos. La sociedad la componían Herpil, propiedad de Herminio Gil, un antiguo hombre de Air Europa y Viva Air, con un 12,5%, y un grupo de ocho empresarios más ligados al mundo del turismo de una u otra forma. Y según fuera esa ligazón, así eran sus intenciones. El carácter de la compañía -regular o chárter- y los destinos fueron constantes focos de discusión. Hoy de todo ese grupo sólo queda la vuelta como asesor externo de Javier Taibo, el primer director general; el nombre de la aerolínea, y lo que Carrillo considera "buena imagen".

Ampliación de capital

El capital social de Air Madrid ha pasado a ser de 24 millones de euros y la flota ha pasado de dos a seis aviones. Esta misma semana Air Madrid inauguraba la ruta a Santiago de Chile, y en breve lanzará la de México. Su vocación sigue siendo latinoamericana, aunque su definición se difumina. Según Carrillo, Air Madrid hace fundamentalmente vuelos regulares, aunque también cubre algunos chárter, y ya no es de bajo precio, sino de "precio justo". "Nuestra estructura", dice el presidente, "nos permite tener tarifas más económicas que las de las aerolíneas tradicionales, pero tenemos que repercutir los costes, entre otros, los del petróleo".

Carrillo dice ser consciente de que no ha comprado una compañía aérea en el momento ideal, con un precio del barril de crudo superior a los 50 dólares. "Pero es que no se si hay algún momento idóneo para hacerlo en un negocio como éste". Un negocio, por otra parte, por el que dice sentirse apasionado y que piensa ampliar. La idea es montar dos pequeños centros de distribución -"pequeños sólo al principio", matiza- con tres aviones cada uno. El primero, que empezaría a funcionar aproximadamente en noviembre, estará en Madrid-Barajas, desde donde Air Madrid volará a ciudades europeas (Londres, París, Milán y Lisboa) para transportar a los pasajeros que luego enlacen con las líneas a América, y a algunas ciudades españolas como Barcelona, Santiago, Bilbao, Palma y Málaga, con el mismo fin. "No queremos competir en esos mercados con otras compañías, robarles cuota de mercado, sino acercar nuestros clientes que van de América a Madrid".

El segundo centro de distribución, que empezaría a funcionar algo después, se situaría en Centroamérica, en un país todavía por decidir en tanto en cuanto se desarrollan negociaciones con varios.

Carrillo afirma que la expansión se realizará gracias a la ampliación de capital, a los recursos generados y a financiación crediticia. "La empresa está sana y tiene las ideas muy claras", dice su presidente. Una de ellas es dar la vuelta a la cuenta de resultados. De mayo de 2004 a mayo pasado Air Madrid perdió seis millones de euros. En mayo de 2006 la previsión es tener 17 millones de beneficios.

José Luis Carrillo en su despacho de Madrid.
José Luis Carrillo en su despacho de Madrid.LUIS MAGÁN

Más hoteles para la cadena y un nuevo operador

El grupo turístico de Carrillo es singular. Compuesto por al menos una treintena de empresas, ninguna de ellas consolida. "Cada palo aguanta su vela", dice, "y nos ha ido bien". Absolutamente familiar, tiene en Hoteles Globales uno de sus pilares. Se trata de una cadena vacacional radicada fundamentalmente en los dos archipiélagos españoles y la Costa del Sol y con dos excepciones: un hotel en Lieja (Bélgica) y otro en Zúrich (Suiza) como experiencia piloto sotre hotelería urbana que, al menos de momento, no repetirá.

Carrillo no participa del pesimismo que en meses pasados mostraron algunos hoteleros. "Siempre estamos llorando", dice, "la ocupación está bien y los precios no bajan, tan sólo en algunos casos se estabilizan. Lo que ocurre es que no subirán ya como en años pasados, que estaban desbocados".

Uno de los proyectos que analiza ahora este empresario turístico, que empezó en el sector como maître en la Costa Brava, es tener un hotel en todos y cada uno de los destinos a los que vuele Air Madrid. "Aunque sólo sea", dice "porque tenemos que alojar en esos destinos entre 20 y 30 miembros de tripulaciones". Piensa también crear un nuevo operador, Air Madrid Vacaciones, que venda exclusivamente plazas en la compañía aérea para permitir un mayor crecimiento de Alada Tour, el operador de Air Madrid que Carrillo adquirió junto a la aerolínea y que vende plazas en diferentes compañías.

A este empresario no le da miedo el futuro del turismo. "El sector se está adaptando bien a los cambios", afirma, "y España seguirá siendo líder".

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