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Los chiíes del sur de Irak desafían a Bagdad y exigen su autonomía

Poderosos políticos de Basora impulsan un referéndum para dar más poder a su región

Con la fecha límite del 15 de agosto para redactar una nueva Constitución, un grupo de poderosos políticos chiíes -la mayoría laicos- está impulsando la creación de una región autónoma en el sur de Irak, rico en petróleo, en lo que supone un claro desafío a la autoridad central del país. Estos políticos argumentan que el sur, mucho tiempo empobrecido, nunca ha obtenido lo que le corresponde por el petróleo, a pesar de que las mayores reservas yacen cerca de Basora.

Este grupo también alega que no puede confiar en nadie que sustente el poder en Bagdad debido a los muchos años de opresión bajo el régimen suní de Sadam Husein. "Queremos acabar con el sistema central que conecta a todo el país con la capital", dijo Bakar al Yasen, viejo enemigo de Sadam Husein y que pasó años de exilio en Siria. Al Yasen es uno de los jefes de la campaña de autonomía, que también es apoyada por Ahmed Chalabi, en un tiempo personaje favorito del Pentágono y perteneciente a una prominente familia chií del sur del país.

Yasen, quien tiene lazos con Yalal Talabani, el presidente kurdo de Irak, pide para el sur los mismos poderes que tienen en estos momentos los kurdos iraquíes, incluyendo un Parlamento independiente, ministerios y una fuerza militar regional.

Los kurdos reclaman desde hace tiempo medidas serias de autonomía en un futuro Estado iraquí. Pero, sin embargo, el asunto de la autonomía en el sur del país es nuevo, y complica seriamente la ya tensa discusión sobre el federalismo dentro de la nueva Constitución.

En Basora, la segunda ciudad del país, han aparecido en las últimas semanas carteles que llaman a una autonomía en la región similar a la que disfruta el Kurdistán iraquí. Tanto académicos como políticos locales están llevando a cabo encuentros durante la noche para intentar definir sus demandas. Algunos hablan, casi todos los días, vía telefónica con miembros del comité constitucional en Bagdad.

Mientras que los partidos religiosos chiíes dominan en este momento el Gobierno nacional, mucha gente teme que los partidos no defiendan bien los derechos del sur y se muestran preocupados por el alzamiento de otro Gobierno autoritario, quizá uno de corte islamista.

"No hay democracia en Irak", asegura Al Yasen, expresando una profunda sospecha sobre los moderados y laicos chiís. "Cualquiera que diga que hay democracia en Irak tiene a un pequeño Sadam en su cabeza. O quiere ser un nuevo Sadam".

Tanto Chalabi como Abdul Karem al Muhammadawi, un prominente miembro de la Asamblea Nacional, están planificando proponer un voto regional sobre la cuestión de la autonomía sureña en el mes de octubre, a la vez que plantear un referéndum nacional sobre la Constitución, dijo Alí Faisal al Lami, un ayudante de ambos políticos. Chalabi es originario de la sureña ciudad de Nasiriya, y aunque muchos iraquíes no le tienen confianza, podría usar sus lazos familiares y políticos para ejercer una considerable influencia en una eventual autonomía del Sur.

Los partidarios de la autonomía aducen que el Sur tiene entre el 80% y el 90% de las reservas de petróleo de Irak y el único puerto del país, pero que la mala gestión durante el régimen de Sadam ha convertido la zona en un desastre: muchas de las avenidas de Basora parecen vertederos; las calles, cloacas, y el paisaje lo dibujan infinidad de chabolas. El Sur debería tener control, al menos parcial, de sus riquezas petrolíferas, según reclaman los federalistas.

Yasen ha enviado recientemente una carta a la Asamblea Nacional pidiendo que se comience a discutir la posibilidad de la autonomía en el Sur.

"Apoyo una región real en el Sur", dijo Abdul Jalik Zengana, antiguo cargo del Partido Democrático del Kurdistán, uno de los dos principales partidos kurdos. "Esto ayudará en nuestros intereses, y ayudará a reforzar el federalismo en Irak. Bendecimos este paso. Pero también creemos que el federalismo debería de ser decidido en un referéndum por la gente del Sur".

Un oleoducto arde tras un ataque de la insurgencia en Kirkuk.
Un oleoducto arde tras un ataque de la insurgencia en Kirkuk.REUTERS

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