Puro circo
Los californianos Green Day ofrecieron en Madrid un espectáculo de punk-rock descaradamente circense en el nuevo espacio para deportes y música con el que cuenta la capital española. Previamente, la actuación de los teloneros, los interesantes Jimmy Eats World, se vio truncada en la segunda canción cuando el guitarrista Tom Linton se desmayó, cayéndose desde el escenario. Fue trasladado de inmediato a un hospital, donde no se le apreciaron lesiones de consideración.
Green Day salió pletórico de energía y ganas de agradar en un concierto en el que con sólo la parte musical interpretada la banda ya habría cumplido con creces y recibido todo tipo de parabienes.
Pues no, como en los peores espectáculos de heavy para masas impresionables, hubo cohetería, fuegos artificiales en escena y un montón de juegos absurdos del tipo de hacer al público repetir ¡Eo, eo...! o de hacer competir a gritos a los del lado derecho con los del lado izquierdo.
Green Day
Billie Joe Armstrong (voz y guitarra), Mike Dirnt (bajo) y Tree Cool (batería). Arena Rockódromo. Madrid, 28 de junio.
Suertes chabacanas que, sin duda, empañan el buen hacer escénico de un grupo que, cuando quiso, supo sacar chispas a los temas de su último y multivendedor disco, American idiot, así como a las excepcionales y más conocidas piezas de punk melódico que constituyen los éxitos de su larga discografía de 16 años de carrera.
Al final, terminaban con una más que deplorable versión de We are the champions, de Queen, y una lluvia de papelitos de confeti, dando una idea de adonde ha ido a parar últimamente la rabia punk. Si Sid Vicious levantase la cabeza...
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