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Reportaje:

La literatura más pequeña, a lo grande

Cerca de 250 especialistas clausuran hoy en Valencia el III Congreso Ibérico de Literatura Infantil y Juvenil

Hoy se clausura en la Universidad Politécnica de Valencia el III Congreso Ibérico de Literatura Infantil y Juvenil, que bajo el lema Lectura, Identidades, y Globalización, ha reunido a lo largo de cuatro días a cerca de 250 profesionales, entre libreros, editores, escritores, ilustradores y distribuidores de España y Portugal.

Esta cita trienal, impulsada por la Organización Española para el Libro Juvenil y la Associaçao portuguesa para a promoçao do livro infantil e juevenil tiene la importancia de analizar una literatura que busca su propia identidad para crear el hábito de lectura entre los jóvenes.

"El niño es uno de los lectores más complejos y necesitamos de una formación específica de todos", indica la coordinadora del congreso, la profesora de la Universitat de València, Gemma Lluch, refiriéndose a la necesidad de relacionar "una industria competente, unas políticas culturales discutidas y pactadas, y unas familias que asuman sus responsabilidades sin delegar en las escuelas".

La homogeneización editorial que padece esta narrativa, con prodigios como el del Harry Potter, del que se esperan 10,8 millones de copias de un nuevo capítulo de la saga a partir del próximo 16 de julio no sería un problema, en opinión de Lluch, si no fuera la dieta exclusiva de los niños.

La directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, que participó ayer en el congreso que por primera vez se celebra en Valencia, abundó en la idea de instalar a los niños en la realidad a partir de fantasías literarias: "No puede ser que un niño no sepa que se tiene que ahorrar agua, que el 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y que las guerras son productos de las fantasías de las multinacionales". Y añadió que "algunos colegios concertados de carácter religioso rechazan libros de lectura que no abordan los conflictos del mundo por no coincidir con su versión de la historia", de ahí, según recoge Europa Press que "la única manera de que los niños sepan "la historia verdadera" es asistiendo a la escuela pública, ya que algunos centros concertados "no pueden aceptar" que Francisco Franco y Augusto Pinochet "son unos asesinos".

Para la escritora, editora y traductora los niños "a través de los videojuegos, desgajados de la realidad, acaban viviendo en un mundo irreal". Ella aboga por "una fantasía para que los niños vuelvan a la tierra" puesto que "la lectura no es sólo importante para desarrollar las capacidades mentales sino porque el sujeto se convierte en un creador y elabora su propio criterio". De los niños actuales dijo que "en general son bastante malcriados y maleducados" y reconoció que "es un grave error", que los padres eviten su sufrimiento y que estos no lean si quieren crear la costumbre lectora en sus descendientes.

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Durante el congreso también se ha puesto de manifiesto que los consumidores de internet son mejores lectores y que la literatura infantil y juvenil tiene una mejor salida: el año pasado se vendió de esta narrativa un 13% frente al descenso del 8% de la literatura para adultos, de la que en paralelo se editó un 13% más, según Consuelo Delgado, administradora de A-Z Dislibros.

Por otro lado, se ha incidido sobre cómo el cambio de la unidad familiar y la estética televisiva impregnan esta narrativa. Y algunas voces han propuesto crear librerías como "espacios impulsores de la lectura".

Este encuentro sobre el apasionante y universal mundo de los futuros lectores ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Generalitat Valenciana, la Universitat de València, el Gobierno Vasco, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanzas, además de otras tantas instituciones y editoriales.

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