El nuevo centro de internamiento para extranjeros cuadruplica la capacidad del anterior
La sede de Carabanchel dispone de 244 plazas
El secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, inauguró ayer junto al delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, el nuevo centro de internamiento de extranjeros (CIE), hecho aprovechando las instalaciones del antiguo hospital penitenciario de Carabanchel. Esta nueva sede está preparada para acoger a 244 extranjeros pendientes de ser expulsados a su país, frente a los 60 del centro que está abierto ahora en el complejo policial de Moratalaz. El nuevo edificio también acoge la comisaría de Latina y la sede de la Brigada Provincial de Documentación y Extranjería.
El centro de Moratalaz, que será cerrado tras estar 17 años en funcionamiento, se encuentra en un subterráneo que carece de las mínimas condiciones de higiene y habitabilidad. Por el contrario, el nuevo CIE de Carabanchel es un edificio moderno que ha sido remodelado para albergar a 244 internos. Entre las novedades destaca que los extranjeros tendrán patios para poder pasear y practicar deporte en sus horas libres.
El centro tiene un acceso directo desde la calle, que permite la llegada directa de los inmigrantes en los coches celulares. Nada más entrar hay una habitación reservada a los funcionarios que se encargarán de recoger la documentación del interno. Este punto de seguridad dispone de monitores de televisión desde los que son controladas las más de 30 cámaras del circuito cerrado de vigilancia. Esto permite tener una visión instantánea de lo que ocurre en cualquier dependencia del centro.
Las mujeres estarán en un módulo de la planta baja, con capacidad para 50 internas. Estarán repartidas en estancias de dos o tres literas y lavabos, dependiendo de la capacidad de la celda. Contarán con un pequeño patio y una sala de televisión y juegos.
El comedor es común para todos los internos. Para evitar que los hombres se mezclen con las mujeres, se harán diferentes turnos de almuerzo y cena, según fuentes de la Brigada Provincial de Documentación y Extranjería. Las cocinas son completamente nuevas, al igual que las cámaras frigoríficas y la lavandería, que dispone de enormes máquinas. Los hombres estarán repartidos en los módulos de la primera y segunda planta. En el primer piso dispondrán de un consultorio médico en el que podrán ser reconocidos nada más ingresar y cuando se pongan enfermos. Justo enfrente están las cabinas y los locutorios en los que los abogados y familiares podrán visitar a los internos.
Según el secretario de Estado para la Seguridad, se trata del primer centro de internamiento de toda España que cuenta con dos módulos familiares. Estas dependencias, que disponen de baño y cocina, permitirán vivir en ellas a los extranjeros con sus hijos menores, según Camacho.
El CIEX también dispone de una capilla aconfesional para que los internos puedan celebrar sus oficios religiosos. En todo el edificio destacan las paredes de plaqueta blancas y el mobiliario sin estrenar. Desde el exterior, queda muy visible el color crema de las paredes y unas pérgolas de un llamativo color azul que protegen las ventanas del exterior. De esta forma, los internos reciben la luz, ya que están perforadas, pero no podrán comunicarse con el exterior.
Cabinas telefónicas
El centro permanecerá cerrado hasta finales de la presente semana o principios de la siguiente. Pequeños ajustes como la instalación de las cabinas telefónicas han motivado un ligero retraso en su puesta en funcionamiento. Ayer estaba previsto que el centro fuera inaugurado por el ministro del Interior, José Antonio Alonso, pero problemas de agenda motivaron que no acudiera en el último momento. Estaba reunido, junto con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con los representantes de las víctimas del terrorismo.
El nuevo centro también acoge a los grupos de investigación de la Brigada Provincial de Documentación y Extranjería, además de los servicios de atención a los inmigrantes que quieren regularizar su situación. En otro edificio anexo se halla la comisaría de Latina, que sustituye a un obsoleto edificio en la avenida del Padre Piquer, en el barrio de Campamento.
Algunos vecinos protestaron ayer de la falta de medios que tiene el nuevo edificio policial, que carece de zona de espera para las personas que quieren presentar una denuncia. Tampoco existen aseos ni cafetería, por lo que las personas que están aguardando tienen que acudir a algún centro comercial de la zona. "Por no tener, no hay ni máquina para hacerse las fotos del carné de identidad", añadió una mujer.
Antonio Camacho destacó que el nuevo edificio cumple dos de los compromisos del Gobierno en materia de extranjería y policía. En primer lugar, el nuevo CIE recoge las necesidades mínimas para atender a los extranjeros pendientes de ser expulsados a sus países de origen por hallarse irregularmente en España. Y por otro, "las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado van a poder hacer su labor de servicio público con unas instalaciones modernas para desarrollar su trabajo". "Se cumple así la voluntad del Ministerio del Interior a la hora de proporcionar a los funcionarios unos edificios dignos y vanguardistas para dirigir un servicio esencial para los ciudadanos", explicó el secretario de Estado para la Seguridad.
El delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, destacó que el nuevo centro supondrá aumentar la capacidad en la expedición de los documentos para los extranjeros, ya que se han previsto turnos de mañana y de tarde. Podrán ser atendidas hasta 1.200 personas al día. "Una cifra que les dará a entender la dimensión de este centro. Alrededor de 550 profesionales prestarán servicio en este complejo policial", explicó el delegado. "Este nuevo centro trata de responder a esa necesidad de facilitar los servicios administrativos y policiales a los inmigrantes, y superar así el déficit que en materia de internamientos y control de la extranjería tenía esta región", añadió Méndez.
En el acto también estuvieron el jefe superior de Policía de Madrid, Miguel Ángel Fernández Rancaño; el jefe de la Brigada de Documentación y Extranjería, José Luis Gago, y el comisario de Latina, Ignacio Salazar, entre otros mandos policiales.
Los sindicatos policiales han presentado algunas quejas sobre el nuevo centro: es un espacio bastante amplio y la Brigada de Documentación y Extranjería sólo dispone de unos 40 agentes para las funciones de vigilancia y control de los internos.
CC OO ha enviado una carta al Ministerio del Interior en la que se queja de algunas carencias importantes del nuevo complejo policial. Entre ellas, la falta de cafetería para los 550 funcionarios que trabajarán allí. Pero hay un problema más: el nuevo complejo policial tiene una única entrada para todos los servicios. Un vecino de Latina que vaya a poner una denuncia tendrá que hacer cola junto a un inmigrante que vaya a cursar una solicitud.
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