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Entrevista:RONALD DAVIS | Neurobiólogo

"Los recuerdos relacionados con el miedo son muy profundos"

El laboratorio que Ronald Davis dirige en el Baylor College of Medicine, Houston (EEUU) está especializado en el estudio de las intimidades de la memoria, sus bases moleculares y genéticas, y, por extensión, los trastornos cerebrales relacionados como la enfermedad de Alzheimer o la esquizofrenia. Davis ha estado en Madrid invitado por el Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal para exponer los trabajos de su equipo con animales de experimentación que les han permitido obtener importantes datos sobre los procesos de aprendizaje.

Pregunta. Se ha dicho que la memoria tiene una localización precisa en el cerebro, pero también que es todo el órgano el que participa. ¿Sabemos ya cómo se forman los recuerdos y dónde se almacenan?

"Las emociones son muy importantes para la formación de los recuerdos, tanto los buenos como los malos"
"La influencia de los factores ambientales es mucho más difícil de estudiar [que la de los genéticos], porque hay muchas posibilidades"
"Hemos ido a buscar en ratones los genes [de la memoria] que hemos identificado en las moscas. El siguiente paso es ver que ocurre en humanos"

Respuesta. Sabemos algo. La mayoría de la gente está interesada en por qué se pierde la memoria en la enfermedad de Alzheimer y las deficiencias que se dan en la esquizofrenia y la mayor parte de los trastornos psiquiátricos. Pero la realidad es que todavía estamos muy lejos de entender el cerebro humano, que tiene más de 10.000 millones de neuronas y cada una tiene alrededor de 10.000 conexiones. Es una red enorme que no podemos todavía entender.

P. Las emociones se consideran un elemento fundamental tanto en el aprendizaje como en la memoria. ¿Dónde intervienen?

R. Las emociones son muy importantes para la formación de los recuerdos, tanto los buenos como los malos. Algunos de los recuerdos que formamos no tienen una gran carga emocional. Por ejemplo, esta conversación no es un contexto particularmente emocional pero si, de vuelta a casa, vemos un grave accidente presumiblemente algunos recuerdos se guardarán más profundamente porque hay un aspecto emocional muy fuerte. De hecho, los recuerdos relacionados con el miedo son muy profundos. En una situación de estimulación emocional se aprende más deprisa, se registra la información más rápido. La pregunta es ¿cómo hace el cerebro para almacenar un recuerdo de manera que casi se puede ver delante de tus ojos, incluso es posible moverse a su alrededor para observarlo? Esto no lo sabemos.

P. ¿Cómo estudia la memoria en el laboratorio?

R. Nos hemos centrado en los genes, en sus bases genéticas. La manera de hacerlo es yendo al sistema más simple que se pueda encontrar, que se pueda entrenar en el laboratorio para aprender y recordar y al que se pueda provocar mutaciones. Nosotros hemos elegido la mosca del vinagre, la Drosophila. Podemos enseñar a las moscas cuestiones muy simples. Les ponemos comida y cuando se acercan les damos una pequeña descarga eléctrica. Con este condicionamiento clásico podemos aislar los individuos que tienen mutaciones en ciertos genes y que, o bien nunca aprenden o lo hacen, pero olvidan muy deprisa. A continuación, clonamos esos genes y estudiamos cuál es su función en el cerebro y qué tipo de moléculas son necesarias para que estos animales aprendan y recuerden. Si estas moléculas se conservan en los humanos, cada una de ellas es una posible diana para un fármaco. Se podrían diseñar medicamentos que las hagan funcionar mejor o de manera más eficaz. Hay un enorme potencial terapéutico si se identifican todas las moléculas implicadas en los procesos de memoria.

P. Así que los humanos compartimos memorias con las moscas.

R. En principio, hemos ido a buscar en ratones los genes que habíamos identificado en las moscas. A continuación, hemos hecho mutaciones también en los ratones y hasta ahora, en casi todos los casos que hemos estudiado, los roedores mutantes presentaron deficiencias en el aprendizaje, como las moscas. Así que hay unos siete genes identificados en la mosca del vinagre que son necesarios para el aprendizaje. Si se observa que son los mismos en los ratones y que son para el mismo propósito se habrá demostrado que los mecanismos de aprendizaje se han conservado entre las moscas y los ratones. El siguiente paso es ver que ocurre en humanos.

P. ¿Y qué han encontrado?

R. Ya existen evidencias de que dos de los siete fragmentos de ADN descubiertos tienen una correspondencia en nuestra especie y además están implicados en el comportamiento. Uno de ellos ha sido el primero identificado en las moscas que tiene relación con el aprendizaje. Hace alrededor de un año se ha encontrado su equivalente en los seres humanos y hemos descubierto que la molécula que produce es la diana de un antidepresivo -Rolipram, que está en fase experimental- lo cual es una indicación de que si estudiamos a las moscas podremos encontrar cosas relacionadas con el comportamiento en humanos.

P. ¿Y el segundo gen?

R. Es incluso más importante, se llama NF1. Si en las moscas se provoca una mutación en él, se observan deficiencias en el aprendizaje y lo mismo ocurre en los ratones. En el caso de los humanos, se sabe que una alteración del NF1 conduce a un tipo de tumor cutáneo. Lo curioso es que el 50% de los individuos que padecen esta enfermedad tienen también trastornos del aprendizaje. Por este motivo es muy interesante tener la fotografía genética del comportamiento, desde las moscas a los ratones y a los humanos. Aunque no creo que cada gen que se encuentre en las moscas se conserve en los humanos.

P. ¿No es un poco reduccionista abordar algo tan complejo como la memoria y el comportamiento sólo desde el punto de vista molecular? ¿Cómo se valora el impacto del entorno?

R. Sí, es reduccionista estudiar solamente moléculas. La intervención del entorno es una cuestión de debate, pero creo que todo el mundo acepta que son los dos, la genética y las condiciones ambientales. En las enfermedades psiquiátricas en gemelos hay entre un 40% y un 50% de concordancia. Es decir, que hay un componente genético, pero no es lo único, hay algo más. Pero ¿qué podemos aprender ahora? De un lado tenemos el genoma humano y por el otro, enfermos con esquizofrenia u otras enfermedades psiquiátricas. Sabemos algunos de los genes que tenemos que estudiar, podemos abordar esta cuestión diciendo que la esquizofrenia está muy determinada por ciertos cambios en este gen. Si nos preguntamos por los factores ambientales, es mucho más difícil porque hay muchas posibilidades que entran en juego. En mi opinión, no estamos preparados o no somos suficientemente inteligentes como para abordar la cuestión medioambiental.

El neurólogo Ronald Davies.
El neurólogo Ronald Davies.MANUEL ESCALERA,

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