Entre las cuatro semifinalistas han perdido un 'set' en todo el torneo

Las cosas no van a cambiar en la clasificación del tenis femenino mundial el lunes después de Wimbledon. Todo seguirá igual. La estadounidense Lindsay Davenport se aseguró con sus dos últimas victorias, sobre Kim Clijsters y ayer ante Svetlana Kuznetsova, el liderato del ránking de la WTA. Y la rusa Maria Sharapova mantendrá la segunda posición. Ayer las dos se clasificaron para las semifinales sin excesivos problemas, una vez salvadas las dificultades de sus respectivas primeras mangas. Davenport jugará en semifinales contra la francesa Amelie Mauresmo, a la que ha ganado en los siete enfrentamientos previos que se han producido desde 2001, a pesar de que antes había perdido tres veces contra ella. Sharapova jugará contra Venus Williams. Ambas han jugado dos veces y en las dos se impuso la tenista rusa sin ceder una sola manga: la última, en Miami este mismo año.

De las cuatro primeras cabezas de serie, sólo faltará a la cita de semifinales Serena Williams (4ª). Y sólo una de entre las cuatro ha cedido una manga en su camino hacia la penúltima ronda: Davenport contra Kim Clijsters en octavos de final. ¡Así está el tenis femenino! No es que no haya nivel. Cada vez surgen más jugadoras que lo pegan todo, sacan a 180 kilómetros por hora y se mueven con velocidad en cualquier tipo de pistas. Pero no tienen la regularidad y fuerza mental de figuras como Evert o Navratilova.

Eso pudo comprobarse ayer en los cuartos de final. Kuznetsova, Pierce y Petrova fueron desperdiciando todas las oportunidades que tuvieron de ganar al menos una manga. A Davenport, Mauresmo y Sharapova ni siquiera les hizo falta jugar bien. Les bastó con ser fuertes de cabeza. Por eso se entiende que la estadounidense, que quería retirarse el año pasado, sea ahora una sólida número uno. Y que sólo Sharapova le cuestione el liderato.