Las impugnaciones del Partido Popular marcan el recuento del voto emigrante
La Junta Electoral tan sólo acepta que se guarden provisionalmente los sufragios invalidados
El recuento del voto emigrante en Pontevedra, provincia donde el PP albergaba esperanzas de arañar el escaño que necesita para mantener la mayoría absoluta en el Parlamento gallego, estuvo a punto de acabar en los tribunales. El PP impugnó ayer la decisión de la Junta Electoral de no dar por válidos votos que carecían de la estampilla de la oficina de correos del país de origen donde se certificara la fecha de emisión pero que, sin embargo, tenían el sello de recepción de Correos en el aeropuerto de Barajas el 19 de junio de 2005, día de las elecciones celebradas en Galicia.
El PP planteó en su recurso que "el mal funcionamiento de una oficina de correos extranjera no puede prevalecer contra el ejercicio legítimo de un derecho fundamental". Y amenazó con seguir su batalla en los tribunales. Eso antes de saber que el recuento de votos emigrantes le dejaba tan lejos del escaño al que aspiraban que el recurso no iba a poder variar el resultado final.
"Resulta evidente, manifiesto, notorio y palmario, a la luz de cualquier interpretación, que si los votos llevan matasellos con fecha de recepción del 19 de junio en el aeropuerto de Barajas, necesariamente la fecha de emisión en un país transatlántico ha tenido que ser anterior, máxime si tenemos en cuenta la diferencia horaria y tiempo de vuelo, lo que permite afirmar que la emisión de votos fue realizada en plazo", señaló el PP en su impugnación de mediodía.
Basándose en ese argumento, solicitaba a la Junta Electoral que se dieran por válidos esos votos, 3.500 aproximadamente según sus cálculos sobre un total superior a 36.000 que se recibieron. Los socialistas calcularon que las papeletas en litigio no pasaban de 400.
El PP consideró en su recurso que esos sufragios invalidados por la Junta Electoral podrían "tener un carácter determinante o decisivo para el resultado de la elección". El escrutinio descartó esa posibilidad.
La Junta Electoral Central rechazó el recurso y tan sólo ordenó que "por precaución" se guardaran los sufragios invalidados. A última hora de la noche, el ex ministro Federico Trillo, enviado por su partido para vigilar el proceso, anunció que no seguirían con el recurso pues los votos que necesitaban (más de 10.000) para lograr el escaño superaban con mucho los sufragios invalidados.
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