De la Concha inaugura los cursos de la UIMP con una lección sobre 'El quijotismo de la escritura cervantina'

El director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, ha inaugurado, de manera oficial, los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con una lección sobre 'El quijotismo de la escritura cervantina', basada en lo que propone Ortega en su obra 'Meditaciones del Quijote'.

Para de la Concha, quien durante su lección hizo continuas menciones a pasajes del Quijote, "la imagen de sí mismo que, a falta de un retrato grabado en la portada de su novela, ofrece Cervantes, es la de un melancólico pensativo y titubeante".

En este sentido, se refirió a la parte del libro en la que el autor asegura: "muchas veces tomé la pluma para escribirle, y muchas veces la dejé, por no saber lo que escribiría; y estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla, entró a deshora un amigo mío".

Según el director de la RAE, "Cervantes sabía bien lo que su libro no quería ser" ya que "burla burlando va haciendo un prólogo con el que empieza por no hablar del libro sino de sí mismo". Asimismo, sostiene que, durante la obra, "va en busca de un lector nuevo: el cómplice necesario para la aventura de crear un genero literario".

Por otra parte, y una vez "desechada la idea vieja de 'Cervantes autor lego'", para de la Concha, el autor "y su Quijote se inscriben de lleno en la crisis epistemológica del Barroco y, especialmente, en la crisis de géneros literarios" donde, en su opinión, "se producía una tensión".

Libros de caballerías

Hizo referencia también De la Concha a las novelas de caballerías e indicó que "Cervantes ha decidido en libertad aprovecharse de aquellos aspectos de la vieja técnica que puedan serle útiles, pero, puesto que su propósito es ir con la idealizada narrativa de caballerías, elige otro camino: un camino intermedio". "La combatirá desde ella misma, mezclando su estructura y su técnica con elementos de la visión particularizadota de la historia así como de la nueva narrativa de impronta realista", apuntó.

En este sentido, sostuvo que Cervantes "somete las oposiciones tradicionales a un tratamiento radicalmente innovador: lo opuesto al mundo idealizado de la caballería no será el ambiente sórdido de la picaresca sino lo cotidiano, lo casero". "En tal sentido, no es exacto decir que el protagonista de la novela es don Quijote; el protagonista de la novela es el binomio Alonso Quijano-Don Quijote, y la tensión entre uno y otro, que no se resolverá hasta el final", indicó.