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El Consell pide la sede permanente del Foro Euromediterráneo de la Energía

La ampliación al Este revaloriza la Declaración de Barcelona

La Generalitat Valenciana, a través de la Consejería de Infraestructuras, solicitó a los organizadores del Foro Euromediterráneo de la Energía que consideren la posibilidad de convertir la Comunidad Valenciana en sede permanente de las reuniones de los países ribereños del Mediterráneo relativas a asuntos energéticos. Los participantes en el foro, que se ha celebrado esta semana en Valencia, subrayaron la importancia de fijar un calendario periódico para avanzar en la integración energética.

El nuevo terrorismo trasnacional requiere la mayor cooperación entre países vecinos

El Foro Euromediterráneo de la Energía es una de las entidades derivadas de la denominada Declaración de Barcelona, que consagró el diálogo entre los países ribereños del Mediterráneo para fomentar la cooperación entre ambas orillas y avanzar hacia una futura integración política, social y económica que garantizara la seguridad en la zona.

El próximo mes de noviembre se cumplen diez años desde que los entonces 15 estados miembros de la Unión Europea firmaron la Declaración de Barcelona con representantes de Argelia, la Autoridad Palestina, Chipre, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Malta, Marruecos, Siria, Túnez y Turquía.

El cuadro ha cambiado radicalmente desde entonces. Chipre y Malta ya son miembros de la UE. Turquía aspira a una próxima integración. Pero, sobre todo, la UE tiene ahora 25 miembros.

Hace diez años, la prioridad exterior para los responsables de la Comisión Europea giraba en torno a los Pecos (Países de la Europa Central y Oriental), ahora miembros de la UE. La presión española fue clave entonces para dirigir los ojos de los funcionarios de Bruselas hacia la frontera Sur, una perspectiva que ahora cobra más valor. Fernando Castaño y Ramón de Miguel, ambos embajadores de España, comentaron las claves del cambio de escenario ante el foro. Por una lado, la ampliación de la UE, por otro la aparición de un fenómeno desconocido en 1995, las formas de terrorismo trasnacional, léase Al Qaeda, cuyos activistas no se identifican con ningún Estado concreto y cuyo combate exige la mayor cooperación entre vecinos. Una tercera novedad es el alza del precio del barril del petróleo, que llegó a ser una obsesión durante la primera invasión de Irak, en 1992, y que actualmente ha desbordado todos los topes previstos entonces.

La mayoría de los ponentes que tomaron la palabra en la tribuna del foro recordaron que el germen de la UE fue la Confederación de la Energía, el Carbón y el Acero, que instituyeron en 1953 los seis socios originales, y que el acuerdo Euroatom, sobre uso compartido de la energía atómica, firmado en 1957, fue un segundo anclaje decisivo.

El Foro Euromediterráneo de la Energía ha avanzado menos de lo previsto en la integración de los países ribereños. Destaca el acuerdo firmado en 2003 en Roma entre Marruecos, Argelia y Túnez para impulsar las conexiones eléctricas y los gasoductos comunes entre los países del Magreb.

En el terreno de la cooperación empresarial, Carlos Pérez de Bricio, presidente de CEPSA, habló sin pelos en la lengua. La compañía española de petróleos ha contribuido a dibujar el mapa geológico de Argelia, como confirmaron dos representantes gubernamentales argelinos; ha impulsado la construcción de un gasoducto entre Orán y Almería, el proyecto Medgaz que el Consejo de Ministros respaldó como prioritario en su reunión del viernes pasado; y ha vinculado a empresas argelinas al proyecto y a la sociedad que asumirá la comercialización del gas en España. Pero, según Pérez de Bricio, CEPSA ha podido actuar "poco" en Marruecos y "nada" en Túnez, Libia o Egipto, debido al estricto control estatal de los recursos en esos países.

La integración es lenta, pero "imparable", en palabras de Loyola de Palacio, que fuera vicepresidenta de la Comisión Europea. Algún ponente aludió al bucle mediterráneo de la energía, a la posibilidad de cerrar a lo largo de todos los países ribereños conexiones eléctricas y gasísticas compartidas. Ahora, el territorio valenciano aspira a convertirse en centro de diseño de esas operaciones.

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