El petróleo caro pasa factura a España
La combinación de subida del crudo y bajada del euro, letal para la economía
La subida del petróleo, que el pasado viernes acarició los 60 dólares por barril, no pasará de puntillas este año por la economía española. A diferencia de lo sucedido en 2004, las compras de un petróleo más caro ya no cuentan este año con la inestimable ayuda de un euro fuerte, que permitió compensar parte de la subida del precio en dólares con la apreciación paralela del euro, lo que alivió la factura energética una vez expresada en euros. A finales del año pasado, el barril de petróleo brent, crudo de referencia en Europa, costaba un 38% más que doce meses antes. Pero el cálculo, realizado en euros, se saldó con una subida de sólo del 27,6%. En 2004, el euro se apreció un 8,3% frente al dólar, hasta finalizar el año en 1,3637 dólares. Por el contrario, los vientos cambiarios soplan ahora en contra de los consumidores de petróleo europeos. Hasta el pasado viernes, el barril de brent se había encarecido un 44% en dólares, hasta colocarse en 58,25 dólares el máximo valor desde que comenzó a cotizar en 1988. En euros, sin embargo, el precio había subido un 61,3%. Desde principios de año, la divisa europea ha perdido un 11,4% frente al billete verde.
El 'brent' se ha encarecido un 44% en dólares, pero un 61,3% si se calcula en euros
La divisa común sigue estando fuerte y aún puede amortiguar la subida del crudo
Es difícil no pensar que la economía española, una de las más dependientes del petróleo entre las desarrolladas, no se verá golpeada. Juan Iranzo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), señala que cada aumento del precio del crudo de cinco de dólares que se mantenga durante un año resta entre 0,12 y 0,13 puntos porcentuales al crecimiento del PIB y suma tres décimas a la tasa de inflación. Este año, en concreto, la subida del petróleo restará dos décimas al crecimiento de la economía, hasta un 3,1%, con los nuevos datos de la contabilidad nacional, y colocará la inflación en torno al 3,5% en diciembre. De aquí a finales de año, Iranzo no prevé que el crudo baje de los 50 dólares por barril.
No es ningún secreto que España tiene más servidumbres con el crudo que otras economías desarrolladas. El 52% de su abastecimiento de energía primaria se realiza con petróleo, diez puntos por encima de la media europea, aunque por debajo del insostenible 70% de 1975, año en que la crisis petrolera de 1973, retardada por razones políticas explotó en España. La situación este año se verá agudizada por un año de sequía, en el que la generación de electricidad deberá tirar más de la generación térmica que de la hidroeléctrica. La economía española no ha practicado la austeridad en las últimas décadas. Según el Ministerio de Economía, mientras que el consumo de energía de la UE en 2002 era un 1% inferior al de 1980, en España había crecido un 40%.
Pero no se ha tratado de una prodigalidad gratuita. Como señalan los economistas del Servicio de Estudios de BBVA, esos años coinciden con un periodo de fuerte desarrollo de la economía española y del transporte por carretera. Los expertos de la entidad bancaria consideran, además, que la subida del petróleo en España se ha visto acompañada por un fuerte tirón de la demanda, "más de lo que se preveía hace un año", tanto por el lado del consumo como por el de la inversión, sobre todo en construcción. Por ello no cree que será necesario rebajar las previsiones de crecimiento para este año por culpa del crudo.
El petróleo está caro. Pero no tiene nada que ver con los niveles astronómicos que alcanzó en las dos grandes crisis del siglo pasado, la del 73 y la del 79. Como referencia, en 1979, tras la revolución iraní y la guerra con Irak, el barril de crudo se llegó a cotizar a 35,24 dólares, equivalentes a 75,44 dólares de hoy en día. Además, a diferencia de lo sucedido en las crisis anteriores, en esta ocasión el mundo no se enfrenta a un shock de oferta, sino a la pujanza de las economías de zonas emergentes, como China, India o Latinoamérica.
El Ministerio de Economía y Hacienda esperará hasta el próximo mes, que será cuando revise sus macroeconómicas para este año, para dar a conocer cuál estima será el impacto. En verano de 2004, el crecimiento del PIB previsto era del 3%, con un barril de petróleo estimado en 33,5 dólares y un euro a 1,23 dólares. Entonces, el Ministerio estimaba que cada subida de tres dólares por encima de ese precio del crudo tendría un impacto de 0,2 puntos porcentuales sobre el crecimiento en 2005 y elevaría la inflación en 0,1 puntos porcentuales. A finales de 2004, el panorama había cambiado y el Gobierno español estimaba que el crecimiento de la economía sería del 2,9% este año, con el crudo a 45 dólares y un euro em 1,24 dólares. Si el pasado octubre, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, calificaba de "un exceso" pensar en que un precio medio del petróleo de 50 dólares en 2005, hoy ese escenario se ha hecho realidad: el pasado viernes, el promedio del barril de crudo brent ya se situaba en 50,25 dólares.
En todo caso, las instituciones económicas no transpiran pesimismo ante el escenario económico que se avecina. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordónez, aseguró el pasado miércoles que "ve compatible" que el PIB siga creciendo en torno al 3% mientras el crudo ronda la cota de los 60 dólares. Férnandez Ordóñez explicó que cree que este crecimiento es posible por la resistencia de los ingresos tributarios y porque, en definitiva, el euro sigue estando fuerte respecto al dólar, por lo que sigue conservando algo de colchón para amortiguar la escalada del petróleo. David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI) apunta que que la moneda europea está encajando la crisis institucional que atraviesa la Unión Europea. Pero, puntualiza, no debe perderse de vista que el euro estaba sobrevalorado. Cano no vería descabellado que siguiera bajando y califica de "adecuado" un cambio a 1,18 dólares. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, tampoco parece impresionado por el precio del crudo y anticipa que la economía española podría crecer con tasas "posiblemente superiores" a las de 2004.
Quizás todos ello tengan en mente que la contrapartida de un euro débil es, también, un mayor tirón de las exportaciones.
La OPEP pierde efectividad
El petróleo está disparado. El pasado lunes, el barril de brent, crudo de referencia en Europa, registraba su récord en 58,58 dólares, sólo una semana después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el cartel que produce el 40% del crudo mundial, aumentara las cuotas oficiales de producción en 500.000 barriles diarios hasta los 28 millones.
¿Cómo se explica? Los paises miembros ya producen por encima de esas cuotas y las señales que la OPEP envía al mercado para controlar los precios sirven ya de muy poco.
Hace unos meses la OPEP se escudaba en que el euro estaba muy alto para mantener los precios altos. Ahora el problema es que las refinerías estadounidenses no tienen capacidad para satisfacer la demanda, explica la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP).
La realidad es que la OPEP ya no puede influir tanto en los precios como hace una década. El problema no sólo es de demanda, también es de producción. Hace más de 30 años que la OPEP no materializa nuevas inversiones.
Arabia Saudí, que tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, es el único país de la OPEP que tiene capacidad para poner más petróleo en el mercado en un breve espacio de tiempo, lo que se llama capacidad ociosa. Pero esta capacidad se ha reducido hasta cerca de un millón de barriles diarios. Un estrecho margen ante cualquier incidencia del mercado.
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