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Absuelto el guardia civil al que el fiscal pedía prisión por volver al cuartel 15 minutos antes de acabar el servicio

El tribunal togado militar en Valencia ha absuelto de dos faltas graves al guardia civil Francisco Javier Monteagudo, para quien el fiscal solicitó seis meses de prisión por abandono de servicio, pena que debe cumplirse en la prisión militar de Madrid. Monteagudo está adscrito a la unidad de tráfico de Valencia y fue juzgado el pasado 26 de mayo por unos hechos ocurridos el 12 de mayo de 2002 cuando estaba destinado en Madrid. En aquella jornada, junto a otro compañero, realizaba labores de vigilancia y control de tráfico en la carretera N-I, entre los kilómetros 43 y 96, en una operación retorno, entre las 16.00 y las 23.00. Estaba entonces destinado en la agrupación de Buitrago y era cabo. Según sus manifestaciones en el juicio, refrendadas por su compañero de servicio aquella tarde y que el tribunal ha entendido ciertas, se sintió indispuesto "por transtorno intestinal" durante toda la tarde. Dado que a partir de las 22.00, en el mismo tramo de carretera estaba también trabajando otra pareja de motoristas de tráfico de la Guardia Civil, regresó al cuartel a las 22.45 porque se encontraba mal. Al llegar al garaje, se encontró con el brigada. Según declaró Monteagudo en la vista "no dejó que le explicara por qué estaba ahí un cuarto de hora antes, sólo anunció que me abriría un expediente". El brigada, en el juicio, dijo que desde sus dependencias privadas escuchó las motos en el garaje y bajó. "Faltaban 40 minutos para finalizara el servicio", afirmó el superior de Monteagudo, quien además aseguró que había sido amenazado si efectivamente daba curso al expediente que entendía correspondiente.

El fiscal entendió que Monteagudo había abandonado el servicio de armas -extremo en discusión en la vista porque la defensa del agente, ejercida por el letrado Diego García, sostuvo que no era un servicio de armas sino de tráfico aunque llevara un arma su defendido como es preceptivo por su condición-, que no comunicó su ausencia a un superior y que ello constituía falta muy grave.

El juez togado militar, que se desplazó de Madrid para celebrar la vista en Valencia, ha entendido que hay serias discrepancias en los tiempos y que no existió vulneración alguna.

Monteagudo, casado y con un hijo, temió ante la acusación del fiscal no sólo el ingreso en prisión sino la pérdida de destino que va aparejada al castigo. Ayer mostraba su satisfacción por lo que considera ha sido el reconocimiento de que nunca infringió ninguna norma ni faltó a su servicio.

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