"El Dakar es un reto para mí"
Carlos Sainz participará en la próxima edición de la carrera africana con Volkswagen
Carlos Sainz, doble campeón mundial de rallies, sabe lo que es correr bajo el sol chipriota, entre los monumentos atenienses, sobre el deslizante hielo finlandés y entre el polvo rojizo de las pistas de tierra argentinas. Pero al madrileño, de 43 años, todavía le falta probar el calor sofocante del desierto, la engañosa suavidad de las dunas y la sequedad de la arena. Y por eso en la misma temporada en que se ha retirado, aunque ha vuelto provisionalmente al equipo Citroën como sustituto del belga François Duval y este fin de semana correrá en Grecia, ha decidido participar en enero próximo en el mítico Rally Dakar. "Éste es un reto que siempre ha estado en mi mente y que es diferente a lo que he vivido hasta ahora", explicaba ayer Sainz, que competirá con un Volkswagen Touareg; "los nuevos retos siempre aportan una motivación extra. Lo que hay que hacer es centrar los esfuerzos en una nueva dirección, trabajar con gente nueva y en un ambiente técnico diferente".
Amante de la velocidad, sobre un coche o sobre un kart, siempre competitivo, Sainz solía explicar tajantemente cómo vivía las pruebas del Mundial: "Cuando te pones el casco y te subes al coche, te olvidas de todo y sólo te centras en marcar buenos tiempos, hacer un buen papel y, si es posible, ganar". Ahora, sin embargo, es el novato, el principiante. Desconoce el terreno que pisarán sus ruedas y ha cambiado sus objetivos. Con frecuencia, recurre a una misma palabra: "Aprender". "[En el Dakar] quiero llegar a la meta y, sobre todo, aprender. Ganar en mi primer año no es el objetivo. Lo que tenemos que hacer es ser relativamente competitivos", reconoce.
Sainz, dicen los expertos, fue el primer piloto preparado para ganar en todas las superficies, el primer profesional obsesionado por la preparación física, un maestro de campeones al que le gusta recordar sus dos coronas mundiales y sus cuatro subcampeonatos cuando se le pregunta por su supuesta mala suerte. Pero tanta experiencia acumulada le servirá de poco en el Dakar, una prueba que prima el sentido de la orientación y la conservación del coche sobre la velocidad. "Los coches [que se usan en los rallies y en el Dakar] son completamente diferentes. Desde el motor hasta las suspensiones. El Dakar exige menos tiempo de dedicación que una temporada completa del Mundial de rallies y me permite seguir ligado al mundo del motor".
Sainz pasó a la historia del Mundial empujado por sus dos títulos y dos famosas frases a 300 metros del final del Rally de Inglaterra, cuando su coche se paró y le robó una tercera corona. "¡Arranca, Carlos!", le gritó Luis Moya, su copiloto. "¡La cagamos, Luis!", respondió él. En la aventura del Dakar, sin embargo, su compañero será el alemán Andreas Schulz, con 15 años de experiencia y dos victorias en la capital senegalesa. "Estoy dispuesto a aprenderlo todo. Con él tengo la ventaja de llevar a un copiloto con experiencia que no hará más que ayudarme", apuntó Sainz.
El español tiene dos oportunidades para prepararse antes del Rally Dakar de 2006, que comenzará el 31 de diciembre de 2005 en Portugal y finalizará el 15 de enero en el Lago Rosa. La primera, recordar todo lo que pueda de su victoria de 1992 en el Rally Safari, de Kenia. "He podido comprobar que las pistas de raids son muy similares a las del Safari, aunque en Kenia no hay dunas o la llamada hierba de camello que predomina en el Dakar", comentó ayer. La segunda, acumular conocimientos durante el Rally de los Faraones, de Egipto, que correrá entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre.
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