Cogida de Bohórquez

La corrida empezó de forma dramática, al ser derribado por dos veces consecutivas Fermín Bohórquez. En ambas pareció fallar el caballo Brioso y si en la primera no hubo consecuencias, en la segunda quedó maltrecho el rejoneador, que pasó a la enfermería. Se le atendió de posible fractura de muñeca izquierda y lesión de ligamentos en la rodilla derecha, pendiente de radiografía. Hermoso se hizo cargo de un toro que se paró muy pronto. Estuvo fácil, sin más. Convertida la corrida en un mano a mano, Hermoso y Cartagena se repartieron un encierro que apenas ayudó.

El navarro anduvo irregular con el tercero, que en la línea de los anteriores no tuvo entrega, además de flojear. Una lección de temple de salida y un par de las cortas a dos manos, al final, envolvieron una actuación desigual. Algo más de juego dio el quinto y también Hermoso brilló más y mejor en banderillas. Tras un inicio inseguro, cogió confianza a lomos de Fusilero. Elevó el clima de la plaza con Nativo al clavar con las cortas y, sobre todo, en un par a dos manos que le salió muy limpio.

Con Brujo, Opus y Brasil lidió Cartagena al segundo, toro sin entrega y sin fuerzas. No importó enemigo con tan pocas opciones para que Cartagena brillara, sobre todo en banderillas. Le cedió mucho terreno al toro y con éste prácticamente parado le puso dos banderillas al violín muy celebradas. A la hora de matar, el de Bohórquez le negó ayuda. En el cuarto, todo giró en torno a las banderillas. A una mano, al quiebro y al violín, montando a Manili, espectacular. Luego, un par a dos manos con el veterano Polvorilla que pusieron la plaza boca abajo. El sexto también fue un toro más entonado, pero sin pasarse. Cartagena completó en éste su lidia más brillante. Actuación presidida siempre por el temple, certero al clavar y saliendo de la suerte de banderillas con vistosas piruetas al galope.