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ELECCIONES GALLEGAS | La jornada electoral en el BNG

Un delantero práctico

Anxo Quintana, senador y ex alcalde, esgrime su gestión en Allariz, su pueblo natal, como aval político

Tereixa Constenla

El alcalde republicano salió a la calle. Por decisión expresa de La Zarzuela, el viaje oficial de don Felipe por Galicia incluía una visita a Allariz, una pequeña localidad de Ourense que gobernaba el BNG desde 1989. Tal vez para evitar malentendidos, el alcalde Anxo Quintana, republicano por convicción y tradición -su abuelo fue regidor durante la II República-, hizo explícito en asambleas vecinales su satisfacción por el acontecimiento. La acogida popular fue entusiasta. "Y al finalizar la visita", recordaba días atrás, "el Príncipe siguió siendo tan monárquico como antes y nosotros, tan republicanos y nacionalistas como antes".

Ya como delantero centro en el Allariz, cuando el Elche le tentó sin éxito para la Segunda División, exhibía regates prácticos. De entonces también conserva el afán de ganar cualquier carrera, ya sea la vivida en el Bloque tras la renuncia de Xosé Manuel Beiras o la que acaba de protagonizar por la presidencia de la Xunta. En la pugna orgánica, Quintana, senador, se impuso sobre Camilo Nogueira, ex europarlamentario, mientras que en la batalla electoral ignoró la crítica situación de la que partía el BNG para representar, incansable y machacón, el papel de presidenciable.

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Tal tenacidad desbarata un poco la tesis de quienes sostienen que ha vivido acomplejado ante la talla intelectual de Beiras -Quintana es enfermero en excedencia-, que le arropó como su delfín inicialmente pero que en una entrevista en este diario, en abril, le acusó de haber creado un clima "irrespirable" para forzar su salida de la presidencia del Consello Nacional del BNG. Quintana se hundió unos días. Beiras, además de su mentor político, era su amigo. Pero salió a flote. "Es un ave fénix", resume una candidata. "Y tiene una autoestima a prueba de bomba, es un rasgo común a casi todos los dirigentes de cualquier partido", añade.

No es fácil desentrañarlo. El mismo Anxo Manuel Quintana González (Allariz, Ourense, 1959) que replica encorsetado en una entrevista radiofónica es capaz de encender auditorios con sus discursos. Sobre el escenario desaparece su timidez, mientras que, rodeado de los suyos, en ocasiones se abstrae. Él se ve como un soñador con los pies en la tierra. Un progresista que pide el voto sin pudor de los parroquianos del PP. Un político precoz que montó una discoteca para ganarse la vida: de aquellos tiempos conserva la afición por el baile y la música de Siniestro Total, el grupo nacido en Vigo, donde Quintana estudió con los jesuitas.

A los 30, cuando ya llevaba media vida en política, se convirtió en el primer alcalde nacionalista de Allariz, tras capitanear una revuelta vecinal contra el gobierno local del PP, una maniobra que los populares han aireado durante la campaña. "Trepabalcones" y "asaltaconcellos", le llamó el conselleiro Xaime Pita. Pero si alguien ha rentabilizado su 11 años como alcalde (1989-2000) ha sido Quintana. Allariz, donde se rodó La lengua de las mariposas, ha ilustrado su modelo urbanístico (mereció un premio de la Unión Europea), económico, ambiental y, en síntesis, su fe ciega en la potencialidad de la Galicia rural. Es además el útero del candidato, el lugar al que procura regresar cada noche y donde bregó contra las lágrimas al escuchar como sus parroquianos le recibían con gritos de "¡presidente, presidente!". En Allariz reside junto a su actual pareja -está separado-, que es concejal del municipio. Allí votó ayer y allí pasó la jornada de reflexión cocinando jarrete para sus amigos y festejando -por segunda vez- el ascenso a Primera del Celta, el equipo del que es socio desde los 10 años.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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