Segundo acto para olvidar
El Tau sufre hasta la conclusión tras contar con 22 puntos de ventaja
El Tau recuperó el aliento, pero no el juego. En un partido impropio de los dos mejores equipos de la Liga ACB, el vitoriano igualó la final, pero, salvo la victoria y la recuperación de Calderón, pocas noticias alentadoras emitió respecto a su juego, alejado a lo acostumbrado. El Madrid dio la sensación de llegar al segundo acto con su objetivo ya cumplido en el primero y volvió a ser tan frío como errático, sobre todo en su vertiente ofensiva, en la que rondó la calamidad. Aun así, tuvo sus opciones a mitad del último cuarto, dato esclarecedor de la falta de contundencia del Tau, que, tras contar con 22 puntos de ventaja, sufrió hasta el final.
Cincuenta y cinco faltas señalaron los árbitros. Bullock metió su primera canasta en juego en el minuto 27. Scola hizo su primer tiro un par de minutos después. El máximo encestador del Tau fue David, con 15 puntos. El del Madrid, Bullock, con 13. Salvo Calderón, el único con algo de alegría, decisión y acierto, ninguna actuación individual llegó al aprobado. Son sólo unos cuantos datos reveladores de un partido para olvidar, eterno, con constantes interrupciones. Por no haber, no hubo ni emoción, pues el Madrid ni se acercó lo suficiente ni tampoco mostró una decisión clara de ir a por el partido. Eso sí, leñazos, para dar y tomar.
TAU CERÁMICA 74 - REAL MADRID 68
Tau: Prigioni (2), Macijauskas (10), Hansen (11), Kornel David (15), Scola (8) -cinco inicial-; Calderón (8), Vidal (7), Gabini (5), Splitter (5) y Betts (3).
Real Madrid: Sonko (0), Hamilton (11), Larrañaga (0), Felipe Reyes (11), Burke (4) -cinco inicial-; Gelabale (10), Bullock (13), Fotsis (11), Bueno (0), Hervelle (2) y Herreros (6).
Árbitros: Martín Bertrán, Pérez Pérez y Pérez Pizarro. Expulsaron por personales a Sonko (m. 33), Hansen (m. 33) y Scola (m. 40).
9.323 espectadores en el pabellón Fernando Buesa Arena.
4º CUARTO 15-18
3º CUARTO 16-18
2º CUARTO 17-20
1º CUARTO 26-12
Si la derrota inicial obligaba al Tau a efectuar ajustes en su estrategia, fue Maljkovic, técnico del Madrid, el que sorprendió. Su quinteto fue para enmarcar: Sonko, Hamilton, Larrañaga, Burke y Felipe Reyes. Como primer cambio, Gelabale. Su intención y objetivo era sin duda atornillar aún más la defensa, sobre todo sobre Macijauskas, para luego ir moviendo sus otras piezas y poner en circulación a su mejor hombre, Bullock. Quien sabe si como castigo por un planteamiento tan rácano o por elegir antes la lucha que el talento, todo le salió al reves. Larrañaga, vigilante de Macijauskas, tenía cuatro faltas en tres minutos. Cuando el Madrid llevaba seis puntos en otros tantos minutos (13-6) puso a Bullock, que nunca estuvo enchufado. Salió Calderón, le dio un poco de ritmo al asunto y el Tau puso un mundo de por medio.
Castigo similar al de Maljkovic recibió Ivanovic, que poco antes del descanso dispuso en la cancha de un quinteto picapedrero con Betts, Gabbini y compañía mientras su columna vertebral miraba desde el banquillo. Resultado, mucho golpe y de meter canastas nada, lo que aprovechó el Madrid para evitar convertir la segunda parte en un trámite (37-28). No se discute la importancia de la defensa, pero afortunadamente todavía meter la pelota por el aro cuenta.
La segunda parte fue más de lo mismo. Macijauskas no repitió actuación y Scola sí. El naufragio del mejor continúa. El Madrid le tiene tomada la medida y su ansiedad crece por momentos. Ayer le soltó un par de hachazos a Felipe Reyes delatores de que el argentino no encuentra la paz. Con sus dos principales actores ofensivos bien controlados, el Madrid se encontró con su oportunidad casi sin quererlo (69-63, a cuatro minutos del final). Pero se equivocó dándole los galones a Hamilton, que los tiró por la borda con dos lanzamientos inadecuados. Un final apropiado para un horror de partido.
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