Seis incendios devastan 1.000 hectáreas de bosque a dos días del inicio del verano
El verano empieza con malos presagios respecto a los incendios forestales. La sequía y la subida de las temperaturas, unida a la manipulación de petardos, fueron ayer responsables de seis incendios forestales declarados en Cataluña. Los dos más importantes se produjeron en el municipio de El Pont de Vilomara i Rocafort (Bages) y entre La Palma de Cervelló y Cervelló (Baix Llobregat). En total, el fuego había afectado cerca de 1.000 hectáreas.
El incendio forestal de El Pont de Vilomara fue el mayor en extensión. Empezó poco después del mediodía y se extendió rápidamente por la zona de Rocafort hacia las poblaciones de Navarcles y Talamanca; afectó una amplia zona de bosque, esencialmente de pino, que superaba las 810 hectáreas a primeras horas de la noche.
Un petardo originó el fuego que obligó a desalojar a 175 personas y quemó 11 hectareas en La Palma y Cervelló
En Gavà, Sabadell, Viladamat y Vimbodí se produjeron pequeños incendios que afectaron a bosques y matojos
La mayor catástrofe se produjo en El Pont de Vilomara, donde 810 hectáreas de bosque quedaron calcinadas
Como medida de precaución se desalojaron varias casas de payés de la zona, y no se produjeron víctimas. A última hora de la tarde, el incendio aún avanzaba con gran virulencia en dos frentes en la zona de Navarcles. Los bomberos y los agentes rurales de la Generalitat desconocían ayer las causas del fuego.
Los frentes del incendio estaban descontrolados, a pesar del gran despliegue de efectivos de los bomberos, con más de 40 vehículos terrestres y 14 medios aéreos entre helicópteros, avionetas, un hidroavión y dos aviones de los denominados de vigilancia y ataque, uno de les cuales llegó de la Comunidad Valenciana.
El fuego, que se declaró con temperaturas de hasta 35,3 grados y viento del este, avanzó en algunos momentos a gran velocidad, se propagó con llamas altísimas, lo cual demostraba el gran poder de combustión de la zona, y causó el pánico en alguna población, como en Talamanca, o en el cámping La Tatjera, de esta localidad, que los residentes se vieron obligados a abandonar. A pesar de todo, anoche no se conocía que hubiese casas afectadas por el fuego.
Los Mossos d'Esquadra pusieron en marcha la operación para desalojar el pueblo de Rocafort, pero no fue necesario porque el fuego viró cuando estaba cerca. La precaución que se adoptó fue pedir al geriátrico de Navarcles que los ancianos se mantuviesen en sus habitaciones para evitar que la humareda pudiese afectarlos.
La consejera de Interior de la Generalitat, Montserrat Tura, estuvo al frente de los trabajos de extinción y se mostró muy preocupada por la virulencia de las llamas. Éstas afectaron una zona de bosque y de matorrales, algunos de los cuales ya fueron quemados en anteriores incendios y aún no estaban regenerados.
Unió de Pagesos desmintió ayer las primeras noticias, que apuntaban como posible causa la quema de rastrojos después de la siega, porque en la zona del incendio no los hay. Josep Puigpelat, coordinador de la sectorial forestal de Unió de Pagesos, aseguró que si hay un responsable del incendio se personarán en la causa, pero pidió que no se criminalice a un sector entero por un fuego cuyas causas aún no se conocen, según los Mossos d'Esquadra y los agentes rurales.
El segundo incendio en importancia quemó 11 hectáreas de una zona boscosa de pino blanco y matorrales en La Palma. El fuego empezó a las 11.50 horas al sur del término municipal y avanzó en poco tiempo, animadas las llamas por el viento. Tura pidió que durante los días de la festividad de Sant Joan no se usen petardos en zonas donde se puedan originar incendios forestales. La consejera de Interior hizo estas declaraciones después de dar por seguro que la causa del incendio de La Palma y en Cervelló fue el uso de pirotecnia.
La Guardia Civil desalojó por precaución a unas 175 personas de La Palma y de Cervelló. De ellas, 150 participaban en una comida al aire libre y 25 fueron desalojadas de casas. Buena parte de los participantes en la comida campestre eran jubilados de la población de El Prat de Llobregat que se trasladaron al área de ocio del bosque para pasar el día festivo. "Se les ha invitado a marchar con calma y en media hora ya no había nadie", explicó el alcalde de La Palma de Cervelló, Josep Maria Llop.En la zona de La Palma y Cervelló el avance del fuego hacia la parte superior de la montaña, donde de encuentra la urbanización de Can Paulet, hizo que también se decidiera a evacuar a los vecinos de una decena de casas de las calles de Camarassa y Penedès, de Cervelló. "Tenemos el fuego a 500 metros del municipio", explicó la concejal Pilar Joaniquet.
Los bomberos movilizaron hasta 28 vehículos terrestres y cinco dotaciones aéreas sobrevolaron el bosque en el momento en el que el incendio de La Palma y Cervelló estaba en su mayor efervescencia. Su intervención hizo que no se llegara a temer por la seguridad en el núcleo urbano. Un bombero resultó herido leve al respirar humo.
Hacia las siete de la tarde los bomberos consiguieron perimetrar el fuego, si bien el viento dificultó las tareas de extinción. El alcalde de La Palma destacó la solidaridad de los ayuntamientos de los municipios próximos de Corbera y de Cervelló, que prestaron su colaboración, así como del medio centenar de vecinos que se presentaron al mediodía en el consistorio para ofrecerse como voluntarios y ayudar a los bomberos.Sabadell, Gavà y Viladamat y Vimbodí también sufrieron pequeños incendios. Los bomberos lograron apagar el declarado en el bosque de Can Déu, en Sabadell, que quemó una hectárea antes de ser extinguido. En Viladamat (Alt Empordà), el fuego quedó controlado por la tarde y en Vimbodí (Conca de Barberà) afectó a matojos en el kilómetro 2 de la carretera T-709. En Gavà (Baix Llobregat) se quemó una zona de la sierra de Ferreres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.