El impacto de la inversión
El término financiero CAPEX es la abreviatura de la expresión anglosajona Capital Expenditure. Desde un punto de vista amplio, podríamos definir este concepto como las inversiones realizadas, tanto iniciales como de mantenimiento y mejora, por parte de una compañía. Esto es, la caja que anualmente dedica cada empresa a mantener y mejorar, en sentido amplio, su inmovilizado en condiciones de producción y funcionamiento estable.
Desde un punto de vista teórico, podríamos clasificar las inversiones realizadas por las compañías, englobadas en el concepto de CAPEX, en función de los objetivos que pretendan alcanzar. En primer lugar, tenemos las inversiones de expansión, que son aquellas destinadas a incrementar la capacidad productiva o de distribución de la compañía en respuesta a un crecimiento de la demanda. Este tipo de inversiones son también las generadas por las empresas en los momentos iniciales de su creación.
El retorno que obtengamos de las inversiones es la clave para calcular la valoración de una empresa
En segundo lugar, se encuentran las inversiones de reposición, que son aquellas destinadas a mantener la capacidad productiva en los niveles actuales. En tercer lugar estarían las inversiones de modernización e innovación, en ocasiones confundidas con las de reposición, que tienen como objetivo el aumento de la productividad. En cuarto y último lugar, se sitúan las inversiones socialmente responsables que son aquellas destinadas a mejorar la calidad de vida y del medioambiente. Estas últimas inversiones tienen a corto plazo una difícil medición de su rentabilidad. Sin embargo, a largo plazo son muy productivas ya que uno de sus objetivos es mejorar la imagen de la compañía, factor cada vez más importante para los principales inversores institucionales.
Sin lugar a duda, los conceptos incluidos dentro del CAPEX varían drásticamente en función del tipo de actividad que lleve a cabo la compañía. No es lo mismo una compañía industrial que, por ejemplo, una entidad de servicios profesionales.
Desde un punto de vista financiero supone una de las partidas más importantes dentro del esquema global de valoración de las empresas. El retorno que obtengamos de las inversiones es la clave a la hora de calcular la valoración de una empresa por el método de descuento de flujos de caja.
Cuando no hay mercado
Mención especial requiere el estudio del CAPEX en situaciones de ausencia de crecimiento o en mercados con una visibilidad de negocio muy clara, donde no son previsibles unas inversiones fuertes en el largo plazo. En este entorno y suponiendo que las dotaciones para la amortización del inmovilizado son el resultado de una periodificación de las inversiones realizadas en el largo plazo, los CAPEX tienden a igualarse a dichas dotaciones.
Esto significa que estas dotaciones coinciden en mayor o menor mediada con las inversiones de mantenimiento necesarias para el correcto funcionamiento de la empresa. Es por ello que en este escenario, el resultado neto de explotación es igual al resultado bruto de explotación menos el CAPEX. Esta hipótesis puede ser utilizada en valoración de empresas para calcular el valor residual de una compañía.
Al igual que sucede con otros componentes del análisis financiero, las inversiones o CAPEX deben ser realizadas teniendo en cuenta que poseen un doble componente: uno fijo y otro variable. Este último cambiará, como hemos señalado al principio del artículo en función de la actividad que realice la empresa. En términos generales, el componente fijo suele ser más relevante en los estadios iniciales dentro del proceso de vida de las compañías.
Félix López es director de inversiones de Atlas Capital
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