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Reportaje:

El sur del Mediterráneo, el olvidado de la UE

Maragall y Pujol apuestan por impulsar el Proceso de Barcelona en una jornada que conmemoró su décimo aniversario

El año 2005 "no será sólo recordado como el de la crisis del proceso de construcción europea", sino también como "el año en que Europa volvió a mirar hacia el Mediterráneo". Así de claro expresó ayer el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, uno de los compromisos de su Gobierno, el de impulsar las relaciones entre la Unión Europea y los países del sur del Mediterráneo.

Maragall constató, en la inauguración de una jornada que conmemoraba el décimo aniversario del Proceso de Barcelona, que los 25 han contraído una "deuda" con los países del sur del Mediterráneo. El balance de estas relaciones, según el presidente de la Generalitat, "no es del todo positivo" porque aún existen "conflictos no resueltos" en esta zona, como el de Israel y Palestina o el del Sáhara Occidental.

Diez años después del Proceso de Barcelona, la UE quiere impulsarlo y reactivar de este modo sus relaciones con los países del sur del Mediterráneo. Los ministros de Exteriores de la UE acordaron a finales de mayo celebrar en noviembre, de nuevo en Barcelona, la primera cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 35 países del espacio euromediterráneo. En 1995 sólo reunió a los ministros de Exteriores.

Maragall destacó que España y Cataluña tienen que desempeñar en este evento un "papel modesto pero importante" porque son el "punto de contacto entre estos dos mundos". "Estoy convencido de que la mirada hacia los vecinos del sur del Mediterráneo se impondrá", concluyó.

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, encargado de poner el punto final a la jornada, coincidió con Maragall al afirmar que España "está en condiciones de realzar" el Proceso de Barcelona "con cierta visión de liderazgo".

"La UE tiene que adoptar una nueva política de vecindad", constató Víctor Pou, coordinador de esta jornada, que se celebró en la Universidad Internacional de Cataluña. Pou dijo que Europa ha descuidado el sur y ha dado prioridad a sus relaciones con el este de Europa, que ha culminado con la ampliación y la nueva UE de los 25: "Los países mediterráneos llegan a tener la sensación de que la UE ha dado prioridad a sus relaciones continentales en detrimento de las mediterráneas".

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Las cifras demuestran que Europa no ha tenido entre sus principales metas la construcción de un verdadero espacio euromediterráneo, pues en los últimos 15 años sólo ha hecho efectivas una cuarta parte de las ayudas que tenía presupuestadas para los países del norte de África. Andreu Bassols, administrador principal de la Comisión Europea en Bruselas, consideró que las cifras evidencian que "el Proceso de Barcelona es un niño que ni siquiera ha llegado a la adolescencia".

El embajador de España responsable de las relaciones euromediterráneas, Juan Prat, subrayó la necesidad de construir un "mercado común euromediterráneo". De hecho, la Comisión Europea estima que en 2010 se liberalizará el comercio entre la UE y los países de la cuenca sur mediterránea. Prat animó a no limitar la liberalización al comercio y al capital y apostó por la necesidad de la libre circulación de personas.

Otro objetivo de la Comisión Europea es contribuir a la democratización de la zona. Prat agregó que las sociedades de la ribera sur del mediterráneo "están en un momento de predespegue; quieren reformarse y hacer una transición política", y ésta es la gran aportación que tiene que hacer la UE en la zona.

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