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Reportaje:LA GRAN CITA DE LA CULTURA ELECTRÓNICA

Un paseo por los paisajes del mundo irreal

Sonarmática reúne el trabajo de un centenar de artistas que utilizan los nuevos medios para renovar el paisajismo

El propio Sónar es, más que un festival, un paisaje irreal que durante tres días transforma el aspecto del barrio Raval con las ideas y venidas de gente de lo más variopinta, su césped artificial y sus decorados retro. Pero este año, además, el tema de la exposición central del festival, el apartado Sonarmática, está dedicado al paisaje, un género clásico reinterpretado desde la mirada que ofrecen las nuevas tecnologías.

"Al principio pensamos mostrar cómo se aborda la abstración desde los nuevos medios, pero es un tema ya bastante trillado y optamos por lo contrario, por rastrear cómo se había tratado la representación de un tema tan tradicional como el paisaje", explica Óscar Abril, responsable del apartado expositivo del festival y comisario, junto con Andy Davies y José Luis de Vicente, de Randonnée (Un paseo por el paisjismo del siglo XXI), que reúne 40 trabajos de 111 artistas.

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En la primera planta del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) -que tal vez debería plantearse mantener el apartado expositivo más allá de la estricta duración del festival-, en lugar de cuadros se presentan pantallas de plasma, instalaciones y maquetas, casi todas ellas con sus correspondientes campanas sonoras, a través de las cuales se ha diseñado un viaje desde la realidad más directa a la pura abstracción matemática. En el primero de los tres grandes apartados en los que se divide la muestra, Paisajes figurados, pueden verse fotografías panorámicas de 360 grados, que permiten ver paisajes reales desde todos los puntos de vista, o lugares fantasmagóricos, como el que presentan Carl Michael von Hausswolff y Thomas Nordanstad en su vídeo sobre Hashima, una destartalada isla japonesa que fue adquirida y explotada de forma intensiva entre 1903 y 1973 por la empresa Mitsubishi y que ha permanecido tres décadas abandonada. En Paisajes construidos, el segundo apartado, destacan las fotografías de Joan Fontcuberta, que crea paisajes irreales a partir de la lectura que de conocidos cuadros del género realiza un programa informático, y la maqueta de la zona del delta del Llobregat antes y después de la instalación del aeropuerto que han realizado los artistas Alejandra Salinas y Aeron Bergman. La maqueta permite ver como era El Prat antes y después al tiempo que un relato sonoro explica la historia del indiano Jaume Casanovas, que en 1875 adquirió estos terrenos con la fortuna que consiguió hacer en Cuba. También en este apartado se presenta el juego Sim city, que, explica Óscar Abril, refleja el interés del festival en combinar "la creación comercial con los trabajos de artistas museísticos".

El último apartado, Paisajes de datos, es el más interactivo ya que en casi todos los casos se trata de paisajes creados a partir de la combinación de datos extraídos de Internet. Los hay realizados con las relaciones de políticos con las grandes corporaciones comerciales, otros con las informaciones más requeridas en el buscador Google o con los nombres propios más utilizados por los estadounidenses según las décadas. Al final, como un bucle, una vuelta al origen: un árbol de apariencia real creado a partir de la estructura de las páginas web que, recuerda Abril, se denomina en la jerga informática "árbol".

El Raval a punto de desaparecer es el paisaje de fondo de la instalación interactiva Tantal, que presenta en el vestíbulo del Museo de Arte Contemporáneo el artista Marcel.lí Antúnez, que así regresa, después de 10 años, al festival. Con todo, el trabajo de Antúnez, estrenado el pasado año en París, se acerca más a la imagen del Sónar, como siempre creada por Sergio Caballero, que este año se centra en la figura del impostor. En Tantal el "impostor" es el propio público, que, mediante un curioso artilugio, ve como su cara se incopora al vídeo realizado por el artista. Ocho escenas y ocho personajes que realizan todo tipo de acciones, cómicas, violentas y también pornográficas, con la cara prestada del visitante.

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