Enric Sòria prosigue su dietario con 'La lentitud del mar'

En La lentitud del mar (Proa), el escritor valenciano Enric Sòria (Oliva, 1958) reúne una selección de anotaciones de su diario, escritas entre 1989 y 1997. "Recoge un conjunto de textos en los que se puede encontrar de todo. Un diario tiene la gracia de la libertad absoluta. Permite escribir de lo que se quiera, sin limitaciones de espacio y de tiempo. Un diario es siempre una fiesta literaria para el escritor".

"Hablo de vivencias, cosas vistas, libros y política", señaló Sòria. A pesar de esta variedad de temas, la mayoría de las notas se centran en aspectos literarios. Reflexiones sobre Espriu, Pla, Jünger, Leopardi, Canetti o Fuster se suceden en sus páginas. "La obra de Espriu durante la República todavía es bastante desconocida. Se muestra muy combativo, irónico y con mala leche".

Los viajes del autor por Alemania y otros países europeos aparecen glosados extensamente. "Los diarios son muy útiles para reconstruir la memoria". "Es un ejercicio literario que se basa, sobre todo, en el tiempo, sedimento necesario de los materiales que maneja el escritor".

Además de diversos apuntes autobiográficos, el libro refleja el cambio político producido en Valencia tras la derrota electoral autonómica de los socialistas. Escrito en un tono amable, contiene pocos dardos envenenados. No obstante, incluye algún tirón de orejas. El más virulento se lo dedica Sòria al cantautor Paco Ibáñez. "Un diario es ante todo un diálogo interior. Sin embargo, no todo puede presentarse engalanado, suprimiendo los momentos de autenticidad".

En la actualidad, Sòria no escribe en su diario con la misma asiduidad de antaño. "Las anotaciones de este volumen las escribí todas a mano. Un diario exige continuidad. Acaba en 1997 porque me di cuenta de que ya pensaba en su publicación".