Castilla-La Mancha sólo permitirá un trasvase al Segura si es "para beber"

Sólo si es para beber en Castilla-La Mancha se entendería que el Gobierno apruebe un nuevo trasvase del Tajo al Segura. Gobierno, oposición y los alcaldes de las localidades de los embalses de cabecera del Tajo coincidían ayer en advertir de que se opondrán a cualquier trasvase que no tenga como "único destino" el consumo humano, pero no para riego. El Consejo de Ministros debe decidir el 1 de julio si permite un nuevo trasvase. Normalmente, estos envíos los decide la Junta de Explotación salvo cuando los embalses de los que sale el agua están en muy mala situación, como este año.

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Maria Barreda, y el presidente del PP en la Comunidad, José Manuel Molina, coincidieron ayer en "no aceptar en silencio un trasvase en estas condiciones que no sea sólo y exclusivamente para abastecimiento humano". El agua se convertirá en uno de los principales asuntos del nuevo Estatuto de Autonomía que desde ayer preparan Gobierno y oposición y en el que quieren "que se haga una definición clara de los déficit históricos que Castilla-La Mancha ha tenido que padecer con el agua". La falta de agua, según Barreda, "no puede limitar el crecimiento y el desarrollo de la región".

"Si es para beber, que dejen secos los pantanos" afirmó ayer el presidente de la asociación de municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, Vicente Obispo, quien añadió que un trasvase para regadío o para ocio "sería una tomadura de pelo".