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Entrevista:Emilio Pérez Touriño | Candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta de Galicia | ELECCIONES GALLEGAS | La opinión de los líderes

"Es el Fraga de siempre, pero ya no le hace gracia a nadie"

Carlos E. Cué

Es su segunda y última oportunidad. En Emilio Pérez Touriño -profesor de Económicas, de 56 años, nacido en A Coruña pero pontevedrés de corazón- han depositado los socialistas las esperanzas para arrebatar, con apoyo del BNG, la presidencia de la Xunta de Galicia a Manuel Fraga. Si no lo consigue se marchará, pero está convencido de que el PP ya no da más de sí en esta comunidad.

Pregunta. Dicen los suyos que esto está hecho. ¿Se ve ya como presidente de la Xunta?

Respuesta. En un campaña electoral no se puede dar nada por ganado. Pero Galicia está pidiendo el final del ciclo político de Fraga.

P. ¿Por qué, si fracasó en 2001, ahora cree que es posible?

R. Han madurado mucho las circunstancias. Hemos vivido casi diariamente cómo el PP se cuarteaba por la sucesión de Fraga. Todo el mundo vio cómo se desmayaba en el debate de la autonomía, el momento político más importante del año. Junto a eso está el cambio del 14-M en España, un viento favorable que está en el telón de fondo. Y además nosotros, el PSdeG, estamos unidos y preparados para gobernar, con un liderazgo sólido.

"No descarto que Quintana sea vicepresidente. Respetaré lo que digan los ciudadanos"
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"No está mal estar empatado [en valoración] con Fraga, que ha sido el padre de esta autonomía"
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"No tengo dudas de mi solidez, pero es probable que el carisma no forme parte de mi cuadro de virtudes"
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P. ¿Ha hecho falta una explosión interna del PP para que sea posible el cambio?

R. El voto es reactivo. Uno no cambia de coche mientras el suyo no le falla. Es entonces cuando empieza a fijarse si hay uno nuevo que le gusta.

P. Con otro candidato ¿lo hubiera tenido usted muy difícil?

R. No era posible. El egoísmo de Fraga le ha impedido preparar su sucesión en estos 16 años, con el control del 80% de los ayuntamientos y las cuatro diputaciones. Pero bueno, el ciclo acaba por algo.

P. ¿Por edad?

R. No, yo no he querido introducir eso en campaña. Es un talante lo que se agota. También está el Prestige. Aunque las encuestas digan que está amortizado, la Galicia de antes y de después de la catástrofe es muy distinta.

P. Fraga les está ayudando con su campaña, ¿no?

R. A los gallegos no nos sorprende demasiado este hombre autoritario, incapaz de entender la igualdad, que desprecia a quien no piensa como él.

P. ¿Por qué ahora no se acepta lo que antes se dejaba pasar?

R. Ésa es la novedad. La Galicia urbana y joven no comulga con Fraga. Es un líder del pasado. También es verdad que, tal vez por la edad, está más desinhibido, dice realmente lo que piensa con menos pudor. La campaña es muy extraña, pero en realidad es el Fraga de siempre, lo que pasa es que ya no le hace gracia a nadie.

P. Aún así, hay posibilidad de mayoría absoluta. ¿Galicia será siempre conservadora?

R. No creo en ese tópico. Hay dos Galicias. Una urbana, joven y sociológicamente mayoritaria, y una mayor, rural, donde la fortaleza del PP es muy importante.

P. ¿Le preocupa que, pese a todo, Fraga siga mejor valorado que usted o estén empatados?

R. No es por ser conformista, pero en Galicia no está mal estar empatado con Fraga, que ha sido el padre de esta autonomía. Este país ha sido cincelado desde su figura. La red que ha generado, no sólo por su carisma, sino por las relaciones de poder que estableció, es muy fuerte. Frente a eso, los socialistas no estuvimos a la altura. El PSOE gallego nace muy vinculado a Madrid. Fue un partido de alcaldes, una especie de delegación sin discurso gallego. Caímos a 13 diputados, y desde entonces tratamos de construir algo parecido al PSC, una alternativa creíble.

P. ¿Le duele que digan de usted que no tiene carisma?

R. Llevo toda la vida en política, desde los 18 años, cuando empecé en el PCE. No tengo dudas de mi solidez. Yo me siento fuerte. Lo demás lo tiene que valorar la gente. Y sí, es muy probable que el carisma no forme parte de mi cuadro de virtudes.

P. Usted necesita pactar con el BNG y el PP centra su campaña en Josep Lluís Carod Rovira, líder de ERC. ¿Puede el miedo al nacionalismo frenar sus expectativas?

R. El PP no puede aportar nada en positivo. He tomado yo el papel de presidente que promete y ellos están a la defensiva, atacando a los demás. Eso sólo tiene una explicación: Fraga no es creíble con propuestas de futuro, ahora no puede proponer banda ancha en 2008, ni hospitales en 2010. No soy yo quien debe defender al BNG, pero han actuado siempre dentro del sistema, se han comportado con lealtad, no están identificados con la confrontación. El mensaje del miedo rebota.

P. ¿Espera alguna oferta de última hora del PP que pueda dar un vuelco?

R. Es muy difícil. Después de 16 años y de un billón y medio de pesetas en fondos europeos seguimos siendo región Objetivo 1 [las más pobres de Europa]. La tasa de paro se ha puesto ahora por encima de la media, las listas de espera crecen... Es muy difícil que el PP transmita optimismo.

P. ¿Por qué esta vez no ocultan que pactarán con el BNG, como hacían en 2001?

R. Primero, porque en España se ha generado, con el nuevo Gobierno, un clima positivo para los pactos. Y además: no sé lo que pasará dentro de 20 años, pero ahora, para que pueda haber un cambio, Galicia necesita que esté liderado por el socialismo. Eso está garantizado, pero en 2001 éramos el tercer partido.

P. Por eso, el PSdeG ya no compite con el BNG, hay un pacto de no agresión.

R. Ahora cada uno tenemos nuestro electorado muy claro. Viene un periodo de mucho diálogo en Galicia y en España. No sólo con el nacionalismo democrático, también con el PP para la reforma del Estatuto.

P. ¿Será Anxo Quintana [líder del BNG] vicepresidente?

R. Es muy importante que salga reforzado el PSdeG. La intensidad de la colaboración saldrá del resultado. Pero si los ciudadanos votan cambio, lo habrá...

P. Es el modelo de otros Gobiernos de coalición: Cataluña, Aragón...

R. Es lógico, yo no descarto esa fórmula de Quintana como vicepresidente. Respetaré lo que digan los ciudadanos.

P. Cuando salga Ventura Pérez Mariño del Ayuntamiento de Vigo, ¿desaparecerá el escollo principal de la relación entre el PSdeG y el BNG?

R. Ésa es una crisis claramente local, un choque de trenes entre dos personalidades que discuten por la gestión del urbanismo. Pérez Mariño saldrá cuando lo desee pero yo no voy a auspiciar una moción de censura desde la presidencia, quiero cooperar con Vigo.

P. Xosé Manuel Beiras [anterior líder del BNG] fue su profesor, Quintana podría ser su alumno. ¿Ese cambio generacional puede ayudar a que se entiendan mejor?

R. Con Beiras siempre tuvimos una relación muy intensa, de amor y odio, como las de pareja. Tengo una buena relación con Quintana, no hay un pasado previo que condicione nada. Está haciendo un buen trabajo, inyectando moderación. Nos entenderemos.

P. ¿Cómo gestionará las resistencias internas, sobre todo de Francisco Vázquez [alcalde de A Coruña]?

R. Hay sectores en Galicia que no confían en el nacionalismo. Pero Vázquez ya ha dicho que hará lo que yo decida. Todo el mundo sabe que el nacionalismo y él se soportan mal, pero el futuro es la alternancia, lo tengo muy claro.

P. ¿Puede tener problemas similares a los de su amigo Maragall con ERC?

R. Galicia es muy diferente al País Vasco y Cataluña. Aquí lo tenemos muy claro, el idioma, el ser gallego, no es un problema que nos divida y necesitemos reafirmar. Para la mayoría eso se expresa también siendo español. No nos preocupa el ser sino el estar porque, a diferencia de Euskadi o Cataluña, seguimos en el furgón de cola. Nuestra aspiración es ser ciudadanos de primera, y tenemos que lograrlo nosotros con la solidaridad del resto.

P. ¿Galicia cierra el mapa de pactos del PSOE con los nacionalistas?

R. Galicia puede servir de puente en la España plural. Es la única que a la vez entiende a los catalanes, por su identidad, y a los extremeños, por sus necesidades.

P. ¿Cómo piensa usted acabar con el desempleo y la emigración?

R. El poder político de Fraga asfixia y subordina la acción de los empresarios y la sociedad. No podemos seguir compitiendo con mano de obra barata. Hay que apostar por la innovación.

P. ¿Espera encontrarse restos de corrupción al llegar?

R. Se dicen miles de cosas, pero el problema real es que no hubo proyecto. Por ejemplo, todo el suelo industrial se ha creado en el interior. Los recursos europeos se han despilfarrado para pagar la red clientelar y de favores a ayuntamientos. Tenemos que conseguir, a lo largo de la legislatura, que los jóvenes dejen de irse. Galicia tiene un problema de envejecimiento gravísimo. Es un país que está encogiendo, cada vez somos menos.

P. Y si no logra echar a Fraga, ¿dimitirá?

R. Mi vida está entregada a este proyecto, que tiene el objetivo del cambio. Tengo 56 años, hay que saber ganar y perder. Si los ciudadanos deciden que no haya cambio, tendrá que venir otra generación.

El candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, durante la entrevista.
El candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, durante la entrevista.ANXO IGLESIAS

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