Quintana asegura que también le apoyará el electorado del PP que desea "un cambio gallego"

Detrás de Anxo Quintana se pueden leer en cada mitin carteles que piden el voto para el BNG. Pero en el escenario de ayer le guardaba la espalda un lema nuevo: "Galiza como Allariz". Quintana accedió emocionado al pabellón escolar de su localidad natal, donde le recibieron puestas en pie unas 1.600 personas con gritos de "¡presidente, presidente!". Fue el acto más concurrido de la campaña, pero también el más simbólico, dada la vinculación de Quintana con Allariz, donde alcanzó la alcaldía tras una revuelta vecinal, desatada por la contaminación del río, que forzó la dimisión del anterior regidor del PP en 1989.

El apoyo electoral al Bloque ronda desde entonces el 70% de los votantes de este municipio, que no supera los 6.000 habitantes. Quintana, nieto de un alcalde republicano de Allariz y de otro regidor anterior a la II República, desplegó en el pueblo una política urbanística que mereció la máxima distinción que concede la Unión Europea por la recuperación del patrimonio.

En Ourense se librarán el próximo domingo algunas batallas singulares. Una es la del poderoso presidente de la Diputación y barón del PP, José Luis Baltar, por demostrar que su red de alcaldes sigue respondiendo con lealtad y eficacia al partido. Otra es la de Quintana, por evidenciar que cuenta con tirón en su tierra natal, donde ayer dio sendos mítines en Verín y Allariz. Parecería que los votantes de unos y otros son incompatibles y de imposible intercambio, pero no todos creen lo mismo. Baltar no da nunca un voto por perdido y Quintana sorprendió en Verín haciendo guiños al electorado del PP, al afirmar que aprecia un traspaso de apoyos de seguidores populares hacia el Bloque. "Quieren a Galicia como nosotros, y quieren un cambio gallego", aseguró.

En ese mismo acto de Verín, al que acudieron el diseñador Roberto Verino y el escritor Xosé Carlos Caneiro, el candidato nacionalista se ufanó de la tendencia del BNG en las encuestas frente a la del PP. "Al presidente gallego no le salen las cuentas, pensaba en liquidarnos y cada día que pasa el Bloque tiene más votos y más gente que lo apoya", soltó ante un auditorio de unas 400 personas. Quintana no ocultó que las "burradas" de Fraga benefician a su formación, pero destacó la "gravedad" de sus manifestaciones por su cargo institucional. "Es asquerosamente machista", dijo antes de pedir a las mujeres que el 19 de junio "le callen la boca".

También Mariano Rajoy ocupó parte del discurso del candidato del BNG, que le emplazó a revelar quién es "el tapado" y a quién "pondrán a dedo desde Madrid" para suceder a Manuel Fraga. Pero el político del PP que más acaparó la atención de los nacionalistas fue, con diferencia, Baltar. "No es nadie", aseguró Quintana. "Se plantó ante Fraga para que colocaran a su hijo y a los suyos para seguir siendo el virrey de esta provincia", recordó Antón Espinosa, número tres del BNG por Ourense.

El mitin de la tarde fue algo más. La gestión de Quintana en Allariz suscitó alabanzas generalizadas, pero por si alguien lo olvida el propio candidato se encarga de recordarlo en cada uno de los mítines. En el de ayer no. Ayer proclamó ante sus vecinos: "Lo mejor que podemos exportar no es la conservación del patrimonio, ni los servicios para todas la parroquias, ni el transporte; lo mejor es el sentimiento de dignidad que siempre tuvimos y que hace falta para todo el país".

Interrumpido con gritos de Nunca máis, Desta vai (Esta vez sí) y Hai que xubilalo, el candidato nacionalista reiteró los argumentos que ha ido avanzando en la campaña, como su predisposición a dialogar con José Luis Rodríguez Zapatero siempre que "respete" a Galicia. "Si él tiene talante yo tengo sentidiño", dijo.

Quintana clamó contra el abandono del interior gallego, que castiga especialmente a la provincia de Ourense: "Galicia no existiría si no existe el medio rural". Y no desaprovechó para recordar que Fraga ha rechazado debatir, y también "el otro", en alusión al socialista Emilio Pérez Touriño. TVE ha convocado un debate entre los tres aspirantes para mañana. No acudirá el presidente de la Xunta, al que Quintana dibujó como "nervioso" y "preocupado" por la pérdida del poder. "Ahí atrás dijo que le quedaba poco tiempo; yo le deseo todo el tiempo del mundo, y con salud además, pero el tiempo político le queda hasta el domingo que viene", vaticinó.