Alonso sufre el primer revés
El español rompe un palier cuando era líder, abandona y deja que Raikkonen y los Ferrari copen el podio
El circuito Gilles Villeneuve, de Montreal, se le atragantó de nuevo a Fernando Alonso. El año pasado tuvo que abandonar cuando iba el tercero por un problema de transmisión. Y ayer sufrió el primer abandono de esta temporada también en el Gran Premio de Canadá. Alonso se pasó de frenada en una curva de izquierda en la 38ª vuelta, cuando Kimi Raikkonen se había situado a 1,2 segundos, y el neumático trasero derecho de su coche quedó ostensiblemente tocado. Sin embargo, cuando entró en los boxes para cambiarlo, los mecánicos descubrieron que, además, había roto un palier. Alonso se salió del coche y vio por televisión como Raikkonen, su principal rival en la lucha por el título mundial, y Michael Schumacher copaban sin problemas las dos primeras posiciones. Para Ferrari la fiesta fue completa: Barrichello, que salió el último, acabó el tercero. Renault se quedó en blanco. Perdió dos veces el liderato por averías porque Giancarlo Fisichella había abandonado sólo unas vueltas antes que Alonso. El asturiano cedió de una tacada 10 puntos al finlandés, pero aún le lleva 22 de ventaja.
El finlandés reduce a 22 puntos su desventaja respecto al asturiano tras una carrera caótica
La carrera fue realmente selectiva. Sufrieron los motores, los neumáticos, las suspensiones y los frenos. Hubo incidentes de todo tipo. Incluso se produjo una descalificación, la de Juan Pablo Montoya, que iba segundo por detrás de su compañero de equipo en McLaren, Raikkonen, cuando los comisarios le obligaron a retirarse por haber salido del pit-lane con el semáforo en rojo y el coche de seguridad todavía en la pista. Fue esta larga lista de incidentes lo que determinó la parte final de la carrera y permitió a Raikkonen liderarla con cierta comodidad por delante de Michael Schumacher y de Rubens Barrichello, que lucharon con él, pero se encontraron con un regalo con el que ninguno de los dos habría soñado.
El día había comenzado ya mal para Fernando Alonso, cuyos mecánicos estuvieron trabajando la noche anterior para intentar evitar una pérdida de aceite en su coche detectada la tarde anterior. "No es necesario cambiar el motor", decidieron los ingenieros de Renault; "por esta causa no vamos a perder la carrera". Y no fue ciertamente por aquello. Porque la verdad es que los dos Renault realizaron una salida espectacular y alcanzaron el liderato de la carrera sin cederlo hasta que abandonaron. Alonso buscó un ángulo interior para adelantar cómodamente a Jeson Button y a Michael Schumacher, que ocupaban la primera línea, y se encontró delante, sólo detrás de su compañero Giancarlo Fisichella, que les había adelantado por la derecha.
Fue una nueva demostración de lo bien que tienen resueltos los problemas de tracción en Renault y también una distracción de Button (BAR Honda) y una cuestión de impotencia de Schumacher, cuyos neumáticos estaban todavía demasiado fríos para asumir todos los caballos que el alemán les mandaba desde el motor. Pareció, pues, que la carrera iba a convertirse en un duelo entre los dos pilotos de Renault. Pasadas diez vueltas, Alonso ya estaba reclamando por la radio a su jefe de equipo, Flavio Briatore, que le dejara adelantar a Fisichella porque iba más rápido. "Tranquilo, espera un momento", le respondió.
Estaba claro que Fisichella no quería ceder gratuitamente su liderato. Y no lo hizo hasta que un problema hidráulico le dejó tirado. La carrera adquirió entonces el tono que todo el mundo esperaba: un duelo entre Alonso y los McLaren de Montoya y Raikkonen. Sin embargo, aquello duró sólo cinco vueltas porque Alonso rompió. Después llegó el accidente de Button que obligó a entrar cuatro vueltas al safety car, la descalificación de Montoya, los problemas de Sato y el abandono de Trulli. Y también, lógicamente, el posicionamiento de los dos Ferrari en las primeras posiciones.
Schumacher realizó una excelente carrera manteniendo siempre sus opciones de concluir entre los cinco primeros. Y Barrichello remontó desde la última posición sacando provecho de todo lo que iba ocurriendo. Ferrari volvió al podio por partida doble por primera vez desde la pasada temporada. Pero no parece que esta situación vaya a reproducirse en las próximas carreras. Raikkonen, que tuvo un día aciago en Nürburgring -abandonó en la última vuelta-, sumó su tercer triunfo -quinto en su carrera-, volvió a demostrar que tiene calidad y coche para luchar por el título. ¿Y Alonso? Pasó un mal trago. Sufrió el primer abandono desde el pasado septiembre en Monza, cuando, por quinta vez aquella temporada, no pudo concluir la carrera: había abandonado antes en Montecarlo (accidente), Canadá (transmisión), estados Unidos (pinchazo) y Bélgica (trompo). Pero esta temporada, era el único que había puntuado en todos los grandes premios y había ganado cuatro carreras. Sigue siendo el líder y su moral continúa alta para afrontar la carrera de Indianápolis el próximo domingo. "No pasa nada", proclamó Briatore; "estas cosas pueden ocurrir. Seguimos siendo punteros".
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