El Salón del Cómic cierra sus puertas con unos 90.000 visitantes
"Hemos encontrado el lugar idóneo", dice la directora del encuentro sobre la Fira de Montjuïc
El Salón Internacional del Cómic de Barcelona cerró ayer sus puertas con un ligero descenso del número de visitantes, algo que no enturbia la sensación, generalizada, de que la cita anual de la historieta ha hallado finalmente su sitio en el Palau 2 de la Fira de Barcelona, en Montjuïc. "El salón ha encontrado el lugar idóneo, el sitio que se merece", afirmó su directora, Pilar Gutiérrez. Aunque anoche era difícil echar cuentas a causa de la promoción 2x1 en la venta de entradas, la organización calculó que entre 88.000 y 90.000 personas han visitado el salón. El año pasado fueron 92.000.
El riesgo de la edición que cerró ayer, la vigesimotercera, del Salón Internacional del Cómic era perder visitantes a causa del cambio de ubicación y de fechas: en los últimos años se había celebrado en mayo en la estación de Francia. El público, mayoritariamente joven, puede hallarse en junio en pleno periodo de exámenes. Pero, finalmente, el descenso de visitantes ha sido mínimo. De hecho, la mayoría de los expositores comentaban que, a pesar del aumento de superficie, el espacio se ha visto lleno de gente en todo momento.
Editoriales, librerías, público, autores... La mayoría ha juzgado positivo el cambio de espacio. "La estación de Francia parecía más bien un chiringuito y aquí hemos ganado solidez y profesionalidad", resume Fernando Tarancón, de la editorial vasca Astiberri. "Aquí hemos tenido más facilidades y tiempo para instalarnos. No hemos tenido que esperar a que cubrieran las vías del tren. Ha sido todo más rápido y profesional", afirma Óscar Valiente, de Norma. Ha habido también algún nostálgico, como el veterano Gilbert Shelton, el padre de los Freak Brothers: "La estación de Francia tenía más charme y estaba más cerca de la plaza Reial y la casa de Nazario".
Con el Salón del Cómic sucede algo similar a lo que ocurre con Sant Jordi en lo que respecta a la narrativa en catalán, que en pocos días se concentra la publicación de novedades. En esta edición se ha registrado un incremento de títulos nuevos: han sido cerca de 300, una cifra que algunos juzgan exagerada, sobre todo los libreros. Hay diversos factores que explican este aumento.
Uno de ellos es el cambio de derechos de las grandes editoriales norteamericanas de superhéroes, DC y Marvel. Los tebeos de Marvel, que editaba Planeta DeAgostini, los publica desde hace poco Panini. Y Planeta DeAgostini se ha quedado recientemente con los de DC, que ha perdido Norma. Jaime Rodríguez, de Planeta DeAgostini, afirma que el cambio de panorama no ha afectado al número de novedades de su sello, que saca unas 40 coincidiendo con el salón. Por el contrario, Norma, explica Valiente, se ha tenido que adaptar con una apuesta por el "cómic europeo y el americano independiente".
Por otra parte, apunta Fèlix Sabaté, de Glénat, hay que señalar el fenómeno del manga, que llega en series muy largas que aumentan la producción de novedades de manera considerable.
Y finalmente, el crecimiento sostenido de las editoriales pequeñas, que están apostando fuerte por los autores españoles: "Las editoriales pequeñas están contribuyendo a la aparición de una nueva generación de autores que conecta muy bien con la gente joven", observa Antonio Martín, ahora en Glénat y uno de los históricos del cómic en España.
Que se lo pregunten al joven Kenny Ruiz, que con su álbum Barcelona, publicado por Dolmen, ha ganado tres de los premios del salón por votación popular: autor revelación, mejor guión y mejor obra.
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